Sentenciado a Muerte
Así, desde aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba abiertamente entre los Judíos; sino que se retiró a la región contigua al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y se quedó allí con sus discípulos. Juan 11:53, 54.
Mientras el Sanedrín debatía el problema de Cristo, Satanás traía ahora a la memoria de sus miembros los perjuicios que ellos habían sufrido. "Cuán poco había honrado él su justicia. Cristo presentaba una justicia mucho mayor, que debían poseer todos los que quisieran ser hijos de Dios. Sin tomar en cuenta sus formas y ceremonias, él había animado a los pecadores a ir directamente a Dios como a un Padre misericordioso y darle a conocer sus necesidades. Así, en opinión de ellos, había hecho caso omiso de los sacerdotes. Había rehusado reconocer la teología de las escuelas rabínicas. Había desenmascarado las malas prácticas de los sacerdotes y
Caminos y vallados
El Señor dijo al siervo: "Sal a los caminos y vallados, y aprémialos a entrar, hasta que se llene mi casa". Lucas 14:23.
Los dirigentes judíos rechazaron a Jesús. Dios les ofreció a Cristo, el Pan de vida en la fiesta, y ellos rehusaron participar de su mensaje o de su Espíritu. Ahora Jesús les dijo que la invitación sería para los que ellos despreciaban: los pobres, los destituidos, los cojos y los ciegos. Jesús nunca aceptó la forma como pensaban los judíos con referencia a los afligidos de alguna enfermedad. Negó que fueran despreciados de Dios. Aunque fueran culpables de muchos pecados, los invitó a venir a la fiesta. Los caminos y los vallados representaban el mundo más allá de la nación judía. El evangelio debía ir a los gentiles, a "toda nación, tribu, lengua y pueblo" (Apoc. 14:6).
El destino Arreglado
"Pero Abrahán le dijo: 'Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro males. Ahora él es consolado aquí', y tú atormentado'". Lucas 16:25.
Jesús continuó hablando de las oportunidades de la vida presente y cómo determinan el destino. Dando la espalda a sus discípulos, se dirigió directamente a los fariseos. La parábola del rico y Lázaro habla de un hombre que "tan absorto estaba en la sociedad de sus amigos que perdió todo sentido de su responsabilidad de cooperar con Dios en su ministración de misericordia"
Requisitos para el cielo
Entonces un joven se acercó a Jesús y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?" Mateo 19:16.
Entre la multitud había una persona que observaba la bendición de los niños. "Se había conmovido tan profundamente que mientras Cristo iba por su camino, corrió tras él y arrodillándose a sus pies, le hizo con sinceridad y fervor esa pregunta de suma importancia para su alma y la de todo ser humano: "Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna?".81 Jesús le citó los mandamientos. Es evidente que Cristo los obedecía porque los recomendaba para poder alcanzar la vida eterna.
Para que pueda tocarlos
Jesús amaba a los niños. "Aceptaba su simpatía infantil, y su amor franco y sin afectación. La agradecida alabanza de sus labios puros era música para sus oídos y refrigeraba su espíritu cuando estaba oprimido por el trato con hombres astutos e hipócritas. Dondequiera que fuera el Salvador, la benignidad de su rostro y sus modales amables y bondadosos le granjeaban el amor y la confianza de los niños".78 Era costumbre que los padres llevaran a sus niños de un año a algún rabino para que los bendijera. Los discípulos pensaban que el trabajo de Jesús era demasiado importante para que él se detuviera y prestara atención a los niños. Consideraban a las madres y sus niños una desagradable distracción para el Maestro. Cierto día