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    Sobreviviendo el Tour de France

    sobreviviendo el tour de france

    devocional

    1 Corintios 9:26. Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire. El Tour de France es la carrera ciclística más importante del mundo. Prácticamente se trata de darle la vuelta a Francia. Los competidores hacen un trayecto de 3630 kilómetros (2287 millas) saliendo de París y terminando en los Campos Elíseos luego de veintiún etapas y casi un mes de competencia. El Tour de France es una carrera de extremas exigencias y demanda un excelente estado físico. Por eso fue que en ese año todos quedaron muy sorprendidos cuando Lance Amstrong aseguró que iba a participar. Aunque ya era considerado uno de los mejores ciclistas del mundo, Amstrong había sido diagnosticado con cáncer. Le había inundado todo el abdomen, los pulmones y el cerebro. Mientras estaba pasando por todos los tratamientos y sin saber si algún día iba a lograr competir estudió por separado cada tramo de la carrera y se entrenó como un desesperado tras lograr salir de esa etapa en ese infierno llamado cáncer. La meta la tenía clara. Ya había ganado importantes carreras, pero el Tour de France era la más importante de todas y debía ganarla. Sus médicos y su familia lo ayudaron a luchar con la enfermedad y luego de una temporada de dudas, trabajo, miedo y esfuerzo, Amstrong fue dado de alta para seguir compitiendo. Contra todas las apuestas y pronósticos Lance Amstrong se presentó y ganó el rally de los ciclistas y dejó al mundo de los deportes anonadado por su logro. Esos días de quimioterapia y miedo debieron haber sido terribles. Ver las carreras por televisión o leer alguna revista especializada sin que estuviera su nombre entre los favoritos no le hacía ninguna gracia. Pero Amstrong no perdió la esperanza y a pesar de que no veía la posibilidad de alcanzar su meta, se entrenó seguro de participar en la carrera de sus sueños. Estudió cada parte del trayecto desde su cama y se entrenó en la casa con una bicicleta fija. Cuando los médicos le dieron la noticia de que el cáncer se había detenido y que estaba en condiciones de competir, Lance ya estaba listo para competir. Ganó en el año 1999 y en el 2000 lo volvió a hacer. Punto de reflexión ¿Qué puedo aprender en mi vida espiritual del ejemplo de Amstrong? ¿Cómo puedo «entrenarme» hoy aun cuando las metas parezcan lejanas? Audiencia con el Rey Querido Señor, antes los problemas y dificultades que ya me tocaron desde mi niñez y que todavía tengo que vivir quiero considerarme un sobreviviente y no una víctima. Quiero que me ayudes a no perder de vista mis metas y usar cada circunstancia con la esperanza de lograrlas.

    Despierta Juventud

    ¡Despierta Juventud!
    Uno de los mayores problemas de nuestra juventud cristiana de la actualidad es que pareciera que nos avergonzamos de ser de Cristo. Esto se refleja en el testimonio que damos, ya sea en casa, vecindario, estudio o trabajo. También esto se da en la iglesia, donde vemos gran numero de jóvenes que van a la iglesia para hacer "vida social" o para "pasar un buen rato", a esto se añade el poco tiempo que pasan "a Solas con Dios", y la falta de capacitación en las cosas del Señor. ¡Necesitamos despertar! Nuestro encargo es alcanzar a los perdidos y nosotros los jóvenes tenemos la responsabilidad de evangelizar a la gente de nuestra edad. Es fácil acomodarse y decir "que los demás lo hagan", es fácil postergar el encargo diciendo "todavía hay mucho tiempo para hacerlo"; es fácil eludir la responsabilidad encargada por el Señor. Él nos manda a hacer discípulos, a formar, con nuestro ejemplo, la vida de Cristo en otros. Los grandes cambios en la Iglesia del Señor han sido motivados, muchos de ellos, por la juventud. Pero si nosotros, en vez de volcarnos en nuestros sueños e ideales por ver a nuestra sociedad rendida a los pies de Cristo, nos dormimos, con nosotros se dormirán la esperanza de vida de mucha juventud que pudo ser ganada para Cristo. Despierta juventud y mira que hoy más que nunca "los campos están blancos para la siega". ¡Dejemos de dormir, dejemos de pensar en nosotros mismos, dejemos de criticarnos los unos a los otros, mas bien lancémonos, por amor de Jesucristo, a alcanzar a los perdidos!

    ¿Sabes ver television?

    ¿Sabes ver television? El que no sabe ver televisión acepta todo. Todo lo que oye y mira. Engulle cuanto le sirven. Se traga lo mismo la verdad que la ficción, el bien y el mal, el arte y la cursilería. Nada rechaza. Le da lo mismo este programa que aquel. Con tal de ver. Espectador buzón. Por la abertura va cayendo cuanto ahí se deposita. Violencia, canciones, sexo, anuncios, idioteces, deporte, teatro, basura, cualquier cosa cabe en el buzón abierto. El que no sabe ver televisión no elige. Elegir implica rechazar algo y aceptar algo. Encender o apagar el botón del aparato. Cambiar el canal a otro. Esperar tal programa, seleccionar con criterio, obrar humanamente, es decir, ejercitando la libertad no abdicando de ella, con propia voluntad de señor, que lo contrario es esclavitud, "la peor de todas" que es dejarse esclavizar voluntariamente. ¡Que pocos son los que escogen su ración de espectáculo! La mayoría simplemente se sientan en el sofá a esperar con gusto a que le sirvan lo que más allá de la pantalla otros quieren. El que no sabe ver televisión no jerarquiza los valores. Jerarquizar es imponer un orden. Y lo que priva en la pequeña pantalla de casa es el desorden. El que no sabe ver televisión se deja influenciar de tal modo por cuanto ve y escucha, que su vida acaba por amoldarse al capricho de las imágenes recibidas. Conservarse "persona" ante la TV, el cine y el ambiente, significa no dejar que le hurten a uno el tesoro de la individualidad. Ser como uno quiere ser, como uno debe ser "con sello propio". Con rubrica personal. Sin permitir que el espectáculo lo despersonalice a uno y lo magnifique. Hoy todo mundo sabe manejar un automóvil, hablar ingles, depositar dinero en el banco, hacer una llamada telefónica, dar respiración artificial, mil cosas de urgencia cotidiana. Lo que a casi nadie preocupa es saber leer el periódico, oír radio, ver cine y televisión, todos dan por hecho que ya saben hacerlo, y para colmo, ni siquiera necesitan saberlo. El ignorante sabe que ignora; pero el imbécil ni siquiera se da cuenta.

    Despierta, Cristo nos veine a buscar

    "¡Despierta!, Cristo nos viene a Buscar"
    Escena I Culto de Jóvenes Se va abriendo un lado del telón(el templo), mientras se escucha… (en esta escena el público es parte del drama) Carolina - Prepárate para cuando llegue ese momento el cielo puedas conquistar... Y termino leyendo en Ap.22: 20-21.( Lo lee) pide a un hermano del la congregación la oración final. (Se cierra esa parte del telón y se abre el otro lado, cuarto de Carolina) Carolina - ¡Ay!, ya estos jóvenes me estan cansando, trato de hacer lo mejor por ellos y parese que no les importa, yo los dejo allá ellos, ya yo no hago más por ellos la salvación es individual, yo sé que yo me voy con Cristo (acostándose)… Telón (Sueño) Es un día más. Los niños en las escuelas, jóvenes en las escuelas, universidades, trabajando, los adultos en sus trabajos y asuntos personales. Todo se percibe con tranquilidad y normalidad. Escena II Hay cuatro escenas estáticas; 1. Al frente y justo en el medio de la gran escena, está sentado un anciano(a) con sus dos nietos a sus pies, con sus uniformes listos para ir a la escuela (7:30am). 2. Al lado izquierdo, para el público hay dos jóvenes encontrándose en un pasillo de la universidad. 3. Seguida de ésta, un grupo de jóvenes adolescentes en su Escuela Superior. 4. Al lado derecho, para el público hay dos jóvenes en su lugar de trabajo en una oficina de la universidad. La luz en una sola dirección hacia la primera escena El anciano(a) tiene en sus brazos un viejo radio, escuchado la programación de todas las mañanas cuando de repente... Locutor(a) de noticias radiales – Interrumpimos la programación regular para informar que lo que tanto se temía acaba de comenzar. Acaba de comenzar la 3ra Guerra Mundial. Todas las naciones se han declarado la guerra. Un gran terremoto acaba de sorprender a toda la nación norteamericana, causando una destrucción fatal. Todos los medios de transportación de alimentos y medicinas han sido paralizados. Y un hombre se ha levantado ofreciendo la Paz. El anciano(a) pone cara de preocupación Jasón - ¿Qué pasa abuelo(a)? Anciano(a) – Ya llegó el momento, y aún hay tantos que no entienden que sólo hay un gran Dios, Todopoderoso, que nos salvó del pecado y de la muerte. Ángel - ¿Qué momento es ese abuelo(a)? Anciano(a) – Jesús esta tocando la puerta. Jasón – ¿Y eso qué quiere decir? Anciano(a) – Que Cristo ya nos viene a buscar. Cambia la dirección de la luz para la 2da escena (la de la izquierda para el público) En un pasillo de la universidad se encuentran dos amigos y hermanos de la iglesia. (9:30am) Jonathan - ¡Dios te Bendiga! (dándole la mano) Carlos – Amén. Jonathan - ¿Todo bien? Carlos – Todo bien gracias a Dios ¿y a ti? Jonathan – Gracias a Dios todo bien también. ¿Vas para el culto esta noche? Carlos – no sé, es que estoy cansado y tengo mucho que estudiar. Jonathan – Pero mañana es sábado y puedes estudiar. Carlos – Ok, mira, lo que pasa es que unos amigos me invitaron a salir esta noche y no les puedo decir que no. Jonathan – Con los mismos que saliste el viernes pasado. ¿Verdad? Este viernes, ve con nosotros a la iglesia. Carlos – Yo te prometo que voy el viernes que viene. Jonathan – “Ya que has puesto la mano en el arado no tornes tu mirada hacia atrás” y recuerda que “El tiempo está cerca” Carlos – Te lo prometo. Jonathan - A mí no me tienes que prometer nada, yo no te puedo obligar. ¡Que Dios te Bendiga! Hablamos el domingo. Carlos – Nos vemos el domingo. ¡Ah! Si mami… Cambia la luz hacia la 3ra escena seguida de la anterior. Un grupo de jóvenes adolescentes reunidos en el patio de la escuela (12:00pm) Gamaliel - ¿Para dónde vamos esta noche? Hilda – Yo voy para la iglesia. Carolyne – Y yo también y deberían de acompañarnos. Laura – Pero si ya fuimos el viernes pasado. Sonia - Laura tiene razón. Además tenemos que ir el domingo. Tampoco vamos a vivir allí. Nacho – Es verdad, y para qué vamos a ir, si eso es lo mismo todos los viernes. Carolyne – No es lo mismo, lo que pasa es que ustedes siempre van en la misma actitud, van por ir, no buscando el gozo, el amor y la paz que sólo Cristo puede dar. Hilda – Después de una semana agitada con tanto trabajo de la escuela, lo mejor es descansar en los brazos del Señor, escucharle, cantarle y adorarle. Laura – ¡Ah pues, yo lo hago el domingo! Carolyne – ¿Y que tú vas hacer en casa toda la noche?, Yo sé que tú no vas a estudiar. Laura – ¿Y quién te dijo que me voy quedar en casa?, Yo me voy con mis “amigos” Carolyne – ¡Si te dejan! Laura – ¡Vámonos! Sonia y Gamy. Carolyne – Recuerda que “El tiempo está cerca” Cambia la luz hacia la 4ta escena (la de la derecha para el público) Dos jóvenes en una oficina de la universidad (trabajando 1:00pm) Dennis - ¡Dios te Bendiga! Carolina – Amén, Que Dios te Bendiga a ti también, ¿Saliste de Clase ahora? Dennis – ¡Sí! Acabo de coger un examen que estaba… ¡Demaciao! Y tú a que hora tienes clase denuevo. Carolina – Ya salí, pero tengo examen a las 5:30pm y salgo a las 7:00pm. Dennis - ¿Y vas para el culto? Carolina – Claro, salgo para allá directo. Y tú vas ¿Verdad? Dennis – Claro. Se acerca hacia ellos Samuel, compañero de trabajo Samuel - ¡Dios me les Bendiga! Dennis – Amén. Carolina – Amén, igual a ti también. Samuel – ¿Estudiando y trabajando mucho? Carolina – Asi es, con la ayuda del Señor Dios. Samuel – Amén, mira les venía a pedir un favor, que me excusen con el pastor porque no puedo ir esta noche, lo que pasa es que estoy pendiente de una muchacha, es cristiana, y tú sabes tengo que ir para la iglesia de ella. Carolina – Comigo no cuentes yo no le voy a decir nada. Se lo dices tú. Samuel – Bendito por favor, ayudame. Dennis – No te preocupes yo le digo que vas para otra iglesia hoy con una amiga tuya, ¿ok? Samuel – Gracias , nos vemos luego (Se van para su oficina) Carolina – Yo no sé para que le haces favores a ese que supuestamente es cristiano, ese siempre está pendiente de las mujeres… ( se queda estática la escena) Telón Escena III Las primeras cuatro escenas de la Escena I. Pero con varias diferencias. 1. Al frente y justo en el medio de la gran escena, pero ahora sólo está el radio en la silla donde estaba sentado el anciano(a) 2. Al lado izquierdo, para el público, ahora sólo queda Carlos con el gesto de estar hablando. 3. Seguida de ésta, están regresando Laura, Gamaliel y Sonia, donde estaban antes hablando con los demás. 4. Al lado derecho, para el público, sólo queda Samuel con el gesto de estar hablando. La luz en una sola dirección hacia la primera escena El radio esta en su programa regular y se interrumpe... Locutor(a) de noticias radiales – Interrumpimos la programación regular para informar que miles han desaparecido. Hay una gran cantidad de accidentes automovilísticos y de aviones, la gente desesperada gritando por las calles buscando a sus familiares y amigos. Se oyen personas gritando y llamando a sus familiares La luz en una sola dirección hacia la 2da izquierda del público. Carlos – …te pregunta le dices que me quedé estudiando y que voy mañana.¡Jonathan! (2 veces), adonde se fue éste, si estaba aquí ahora mismo, ( Ve la monchila y los zapatos en el piso) No puede ser, no esto no me está pasando a mí. Cristo no puede haber venido, no yo no me puedo haber quedado ¡No!…. La luz en una sola dirección hacia la 3ra escena Regresan Laura, Gamaliel y Sonia... Laura – Queríamos decirle... (Se dan cuenta que ya no están) Pero si estaban aquí ahora mismo, mira ver si los ves por ahí (a Gamaliel y se va a ver) Sonia – ¡Cristo vino! Laura – Nena no. ¿Tú eres loca? (Mirando a Gamaliel pregunta) ¿Los encontraste? Gamaliel – No, y lo que hay aquí es un revolú de padres buscando a los hijos y gente gritando. Padre #1– (En un tono de desesperación) ¡Nacho! Hijo mio ¿Donde estás? ¡Hijooooooo! Debí haber escuchado a mi hijo y a mi esposa ahora se han ido, ¡noooooo! ¡Nacho hijo míooooooo! Sonia – ¡Cristo vino! Laura – ¡No puede ser! Padre #2 – ¡Hilda! ¿Dónde estás? (Le pregunta deseperadamente a los jóvenes) ¿Donde está mi hija? ¿Donde está? ¡Dios no puedes dejarme aquí! (Sale corriendo desesperado) Gamaliel – Quiero irme a casa Sonia – Yo me voy….. Laura – Definitivamente Cristo vino. ¡Noooooooo! La luz en una sola dirección hacia la 4ta escena Sólo esta Carolina frente al escritorio... Carolina – Por eso es que estamos como… ¡Dennis!adios pero si estaba aquí ahora mismo. Dennis deja tus bromas, no estoy de humor. Ven acá que te estoy hablando de algo en serio. (Se levanta y llama también a Samuel) ¿A donde se fueron estos dos? (Hace gesto de pensativa)No, no eso no puede ser, es absurdo. Cristo no puede haber venido, porque yo no me puedo quedar si yo soy la Presidenta de los jóvenes de la Iglesia, y siempre voy a los cultos. No, Dios dime que no es cierto…. Yo te amo Dios no me desampares perdóname por favor no me dejes, no Dios (llorando) Se encienden todas las luces y cada uno en su área... Carlos - ¿Por qué me he quedado Señor? Laura- ¿En qué te fallé, en qué te mentí? Carolina - ¿Qué será de mi alma? Se escuchan sólo las voces de... Carolyne – Ya no me encuentro en la tierra estoy separada... Hilda – Siento que todo mi cuerpo y mi ser han cambiado... Jonathan – Y en este lugar en que estoy yo gozo de calma... Dennis – Mi mente y mi capacidad no pueden describir la gloria que hay en este lugar... Samuel – Un trono que está rodeado de miles de ángeles... El anciano(a) – Mientras abajo en la tierra así gritan las almas... Los que se quedaron... Carlos - ¿Por qué me quede Señor? ¿Qué será de mí ahora? Laura – Ayúdame Señor. Carolina– Perdóname Padre. Todos se callan, con gesto de dolor, estáticos Telón Ecsena IV (Carolina se despierta sudando y agitada) Carolina – (gritando) ¡No! era sólo un sueño, gracias Dios, perdóname Señor, me precuparé más por los jóvenes y sus familias. Gracias por hablarme y hacerme entender mi error Gracias Señor… (Carolina se pone en pie frente al público) ¡Despierta! Cristo toca tu puerta pues pronto llegará el momento. Cristo nos viene a buscar. Procura dar lo mejor de tu vida para cuando llegue ese día, el cielo puedas conquistar. Telón

    La Noche mas larga

    La noche mas larga
    Víctor M. Armenteros Colegio Adventista de Sagunto Personajes Escena primera 1. Emile: Padre de la familia. Aventurero, ingenuo. Se deja guiar por cualquier corriente de pensamiento. 2. Sasha: Madre de la familia. Dependiente. Recrimina a su esposo por la situación. 3. Elena: Hija del matrimonio. Silenciosa, confundida. 4. Markus: Amigo de la familia. Joven ambicioso e interesado. 5. Ben Hocma: Amigo de la familia. Anciano experimentado y prudente. 6. Narrador 7. Gritadores Escena segunda 1. Emile: Padre de la familia. Confundido, variable religiosamente. 2. Sasha: Madre de la familia. Anciana de iglesia independiente y desosegada. 3. Elena: Hija de la familia. Púber, contestataria e insatisfecha. 4. Markus: Amigo de la familia. Ambicioso responsable de una institución. 5. Ben Hocma: Anciano jubilado, sin interés social. 6. Narrador: Fideicomisario. Hombre de visita para dar una conferencia. 7. Gritadores. Escena primera 23 de octubre de 1844 • En una gran mesa se encuentran Emile, Ben y Elena. Elena, callada y con un muñeco en los brazos, se encuentra en un extremo. Emile, confundido y con las manos sobre su rostro, es aconsejado por Ben. • El narrador entra en escena. Narrador: Más puros que el día se entregaron a la fecha. Sus blancas túnicas reflejaban el color de sus esperanzas, iluminados como el sol. Cientos, miles, habían estudiado, comentado, disertado sobre aquel momento. Sus vidas se centraron, por completo, en ese 22 de octubre de 1844. Cedieron sus tierras, dejaron perder sus cosechas, abandonaron sus negocios y se entregaron, totalmente, a difundir su certeza: Cristo volvería en ese día. El mensaje se extendió como un reguero de polvora. Y llegó el día. El sol nació como nacen los astros, con regularidad y cansino ciclo. Y pasaron las horas y...Cristo no vino. Y llegó la noche, la noche más larga. Emile: No lo entiendo. No lo entiendo. Estaba tan claro. Ben: Tranquilo, Emile. Todo tendrá una explicación. Emile: ¿Cómo puedes decir eso? Ben, no eres consciente de la situación. Elena: Papa, por favor. Emile: Perdona, Ben. Estoy un poco alterado. Ben: Dios sabe la razón de las cosas. Hemos de confiar en El. Emile: Pero, todo estaba tan claro. Las profecías lo indicaban con total certeza. Tú has leído lo mismo que yo los textos de Daniel. Las fechas llegaban a su destino. Y al final... Ben: Su santuario sería purificado. Ya lo sé. Todos lo sabemos. Emile: Entonces...si este mundo es su santuario...¿por qué?... ¿por qué no ha venido a purificarlo?... ¿por qué nos hace esto? Ben: No lo sé, Emile, no lo sé. • Entra en escena Sasha. Lleva algo de comida. Sasha: Comed algo. Es lo único que queda. Elena toma una pieza de fruta. Emile: Sasha. Sasha: Sí, Emile. Emile: Tú lo sabes, estaba tan claro. Sasha: Siempre está claro. Para ti todo está claro. Emile: Emile Sasha: No te das cuenta que lo hemos perdido todo. ¿Qué vamos a comer? ¿Cómo vamos a vivir? De tus sueños. Ben: Estás cansada. No sientes lo que dices. Todos estamos chasqueados. Elena: Ben. Ben: Sí, cariño. Elena: ¿Por qué no ha venido Jesús? Hubiera sido tan bonito. Ben: No lo sé cariño, quizá... Emile: Quizá no acertáramos en la fecha. Y, si la fecha del edicto fuera otra...Estoy seguro que debe haber otra fecha. Markus: Es un desastre. Mirad como han quedado. Quien iba a pensar que se estropearían tan pronto. • Entra en escena Markus con gran cantidad de patatas en sus brazos. Ben: Las mías también están así. Hemos perdido la cosecha de este año. Markus: Esto no puede ser. Había invertido toda mi fortuna en esos campos. Emile: Pensábamos que nunca más los necesitaríamos. Markus: Es vuestra culpa. Nos embaucasteis con mensajes de esperanza. Y, ¿qué ha sucedido? Lo he perdido todo. Ben: Todos lo hemos perdido. Dios proveerá. Markus: Dios, ¿qué dios? Un ser que nos confunde con unas escrituras erróneas. Un ser que juega con sus criaturas. Sasha: La Biblia es palabra de Dios. Markus: La Biblia es un libro más, con los errores de cualquier texto, con las desilusiones de cualquier cuento. Emile: Entonces... Markus: Nada era verdad. Os dejo. Sois hijos de la desilusión. • Mientras Markus sale de escena, varios gritadores, entre el público, se mofan de los adventistas. Gritadores: ¿Dónde está vuestro señor? ¡Ya no voláis sobre nuestras cabezas! ¿Dónde está el rey prometido? ¿Quizá se ha equivocado de mundo? Salid, queremos ver a los santificados. Emile: ¡Qué vergüenza, Ben! ¡Qué vergüenza! Ben: Emile, nos hemos equivocado. La Biblia habla palabra de verdad. Nos hemos tenido que confundir en la interpretación. Hemos de orar más, estudiar más. Narrador: Emile continuó buscando fechas. Una decepción siguió a otra. Su esposa, fielmente, le siguió en el devenir de su suerte. Al final de sus días leía con lágrimas en los ojos que “el día y la hora, nadie lo sabe”. Su esposa, también lloró. Markus se asoció a movimientos de corte sindical. Murió sólo, divorciado y muy rico. Ben siguió estudiando la palabra. Fallecía una noche de invierno con una sonrisa de sosiego en el rostro y una Biblia en su mano. Escena segunda 23 de octubre de 1999 • En la sala se encuentra Ben, un anciano que pone la mesa para comer, y el Narrador, un conferenciante del Centro White. Narrador: Más puros que el día se entregaron al estudio. Sus blancas miradas reflejaban el color de sus esperanzas, iluminados como el sol escudriñaban las escrituras. Cientos, miles, habían estudiado, comentado, disertado sobre aquellos textos. Sus vidas se centraron, por completo, en la comprensión de la verdad. Cedieron su tiempo, dejaron sus ideas más tradicionales, abandonaron sus prejuicios y se entregaron, totalmente, a difundir su certeza: Cristo volvería pronto. El mensaje les dio nombre y misión: adventistas. Y pasaron los días. El sol nació como nacen los astros, con regularidad y cansino ciclo. Y un año siguió a otro, una década a otra, un tiempo a otro, y...Cristo no vino. Y, al final, llegó la noche, la noche más larga. Ben: Le agradezco su ayuda. No tiene porque hacerlo, estará cansado de tanto viaje. Narrador: Para mí es un placer. Además, no puedo dejarle hacer esto sólo. Ben: No se crea, aún tengo fuerzas. Narrador: Ya, ya lo sé. ¿Qué edad tiene? Ben: Setenta y cuatro. Narrador: No lo hubiera dicho. Y eso que ustedes pasaron por una guerra. Ben: Y una postguerra que fue mucho peor. Entonces si que se pasaba hambre. • Entra en escena Sasha. Sasha: Papá, no moleste al pastor. Narrador: No es ninguna molestia. Sasha: Tiene la manía de contar sus batallitas. Está muy mayor. Narrador: Pues yo diría... Sasha: Dejemos el tema, no tiene importancia. Y ¿qué?. Piensa que se permitirá la ordenación de las mujeres en Toronto. Narrador: No sé. Sasha: Ustedes tan diplomáticos como siempre. Hasta las iglesias más ortodoxas se están planteando esta cuestión. Debemos avanzar socialmente. Narrador: El peligro es que la iglesia se divida. Sasha: Pero es una realidad sociológica. Los países más conservadores suelen ser los más pobres, los menos evolucionados económica y culturalmente. No podemos, no debemos ir a su ritmo. Ben: Quizá la pobreza te ayude a tener más fe. Sasha: ¡Qué dices! Tienes que comprender que hoy no vivimos en la postguerra, que la gente ha estudiado, que tenemos un estatus. Perdone a mi padre, pastor, tiene algunas fijaciones propias de la edad. • Entran en escena Emile y Elena. La adolescente está enfadada. Emile: No me parece bien que hagáis eso en sábado. Elena: Me hace mucha gracia que tú, precisamente tú, digas esas cosas. No hace ni tres meses que me decías que tampoco pasa nada por hacer eso en sábado. Emile: No es lo mismo. Vivimos momentos especiales. Sasha: Si que habéis tardado en llegar. Emile: El aparcamiento está imposible. Sasha: Si hubieras comprado la plaza de garaje cuando te lo dije. Emile: Tu sabes lo que pensamos sobre esto. Elena: Lo que tú piensas sobre esto. Sasha: Mi marido quiere... Emile: El pastor estará hambriento. ¿Por qué no termináis de aderezar la ensalada? Sasha: Ayúdame, Elena. Elena: Mamá, convence a papá. Sasha: Discutiremos eso en la cocina. • Salen Sasha y Elena de la cocina. Emile: Ahora que estamos solos. Narrador: (mirando a Ben) Casi Emile: Mi suegro es de confianza. No se entera. ¿Ha escuchado las cintas de los seis mil años? Narrador: ¿Las cintas? Emile: Son una interpretación moderna de las escrituras que sugieren que la venida de Jesús será en el mes de octubre del 2000. Nos invitan a cambiar radicalmente nuestras vidas y a salir de... Bueno, a ser más fieles de lo que somos hasta ahora. Usted sabrá mejor que yo lo que está pasando. Narrador: Los pactos secretos con el Vaticano. • Entran en escena Sasha con Markus. Markus: ¡Qué, Emile, consultando a los doctores de la iglesia! Emile: Lo de los seis mil años. Sasha: Perdone a mi esposo, se deja llevar. Le presento al doctor Markus. Dirige una de nuestras instituciones en la zona. Markus: Emile, eres demasiado buena persona. Sasha: Le comentaba al pastor lo de la ordenación. Markus: Supongo que usted opinará que no existe una argumentación bíblica con relación a este tema. Narrador: Bueno. Markus: Creo que debemos ir disociando algunas cosas. Lo religioso es religioso y lo social es social. Cuando llegue al UPL se mantenían estructuras muy espirituales pero poco rentables a corto plazo. He sido muy criticado pero, en estos momentos, la institución que dirijo ha incrementado sus ganancias en un 215 por ciento. La iglesia es una multinacional y debe actuar de otra manera. Ben: Y la Biblia. Markus: Perdona, Ben, no te había visto. Es normal en la gente de tu generación pensar en eso pero... han pasado los años,... yo no digo que no vaya a venir Cristo pero... queda mucho todavía. Narrador: Sin embargo la Biblia sigue siendo nuestra base, ¿no? Markus: (irónicamente) Sí, por supuesto que sí. Ben: Nos estamos equivocando. La Biblia habla palabra de verdad. Tenemos que investigar más, de orar más, de soñar más porque viene pronto. Gritadores: ¡Inundaciones en Sudamérica! ¡Hambre en Burundi! ¡Violencia en el mundo! ¡Se casarán y se darán en casamiento! ¡Una iglesia tibia! ¡Guerras y rumores de guerras! Narrador: Estamos viviendo la noche más larga. Poco a poco todo se ha ido oscureciendo. Tanto que apenas percibimos la grandeza del amanecer. Una vez más se nos pide confiar, tener fe, esperar con anhelo. Nuestra fuerza sólo está en Cristo y en su palabra. ¿Qué haremos? Dormir. Dejarnos llevar por los cantos de las sirenas. Desconfiar. Tras la oscuridad viene la luz, la claridad, la certeza. Abramos los ojos de la esperanza y vivamos como si ya fuese de día porque...EL VIENE PRONTO.
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