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    Que es El trastorno bipolar?

    Introducción "La manía consiste en buscar desesperadamente vivir la vida en su nivel más apasionado; repetir dos veces e incluso tres en las comidas, alcohol, drogas, sexo y dinero; intentar vivir toda una vida en un día. La manía pura es estar tan cerca de la muerte como nunca podría estar. La euforia es agradable y amenazadora a la vez. Mi mente maníaca rebosa de ideas y necesidades rápidamente cambiantes; mi cabeza está atestada de colores vibrantes, imágenes salvajes, pensamientos extraños, detalles agudos, códigos secretos, símbolos y lenguas extranjeras. Querría devorarlo todo (fiestas, gente, revistas, libros, música, arte, cine y televisión). En mis estados más psicóticos me imagino masticando las aceras y los edificios, tragándome los rayos del sol y las nubes (...) Mis acciones suceden al azar, basadas en pensamientos delirantes, intuición sesgada e instinto animal. Cuando estoy maníaco mis sentidos están tan afilados que el golpeteo de mis pestañas sobre la almohada suena igual que un trueno". (Andy Behrman; Electrobody: a memoir of mania) El trastorno bipolar (antes llamado maníaco depresivo) consiste en cambios en el estado de ánimo que oscilan entre dos polos opuestos, alternando entre depresión y manía o hipomanía. Todo el mundo tiene altibajos en su estado de ánimo y es normal sentirse a veces animado y alegre y otras veces más triste y taciturno. En el trastorno bipolar, sin embargo, estos cambios son exagerados o totalmente fuera de lugar en relación con los acontecimientos que están teniendo lugar en sus vidas y afectan a la conducta, el pensamiento, los sentimientos, la salud física y el funcionamiento general de estas personas. Suele comenzar entre los 20 y 30 años de edad, generalmente con un episodio depresivo (en el 75 % de las mujeres y el 67% de los hombres) y puede haber varios episodios depresivos antes de que aparezca un episodio maníaco. Entre un episodio y otro suele haber periodos de normalidad, aunque existen diferencias según cada persona: por ejemplo, a veces no hay periodos de normalidad, sino estados depresivos y maníacos que varían en intensidad y gravedad; otras veces predomina un estado depresivo constante cuyos síntomas varían en intensidad, interrumpidos por algunos episodios maníacos o hipomaníacos. Por término medio suelen tener unos 10 episodios de manía o depresión durante toda su vida, aunque sin tratamiento la frecuencia aumenta con la edad. Los episodios pueden durar días, semanas, meses o incluso años. Por término medio, los episodios maníacos, sin tratamiento, duran unos pocos meses y la depresión unos seis meses. En muchos casos es estacional: la depresión es más frecuente en otoño e invierno y la manía en primavera o verano. Después de un episodio maníaco Su vida puede haberse convertido en un caos tras uno de estos episodios. Puede haber perdido su trabajo, su pareja y tener deudas excesivas que no sabe cómo pagar. Sus amigos y conocidos le miran de forma extraña y puede sentirse avergonzado y culpable por haber hecho cosas de las que se arrepiente y que jamás habría hecho en su estado normal. Es bastante común que los pacientes bipolares con sentimientos de culpa cometan suicido. De hecho un 10- 15 % de personas bipolares se suicida. ¿Cuáles son las diferencias entre depresión bipolar y depresión unipolar? Los síntomas son bastante parecidos, pero suelen darse algunas diferencias. En la depresión unipolar es común la agitación psicomotora, pérdida de peso e insomnio, mientras que en la depresión bipolar es más común el retardo psicomotor (extrema lentitud de pensamiento y movimiento). La depresión bipolar tiene más probabilidades de presentarse con síntomas psicóticos, dura más tiempo y está más asociada con el intento de suicidio. En la depresión unipolar pueden utilizarse antidepresivos, mientras que en la bipolar el uso de antidepresivos puede ocasionar un episodio maníaco y aumentar la frecuencia de los episodios. En la depresión unipolar es frecuente que se den problemas de insomnio, mientras que en la bipolar suelen dormir muchas horas y aún así se sienten cansados. Hay varios tipos de trastorno bipolar -Bipolar I: se dan episodios maníacos y depresivos. -Bipolar II: sufren principalmente de episodios depresivos con episodios ocasionales de hipomanía. -Ciclotimia: periodos de hipomanía alternando con depresión moderada durante al menos dos años. Es menos severa pero más persistente. Los cambios son frecuentes, dándose cada pocos días o semanas. Pueden ocasionar problemas debido a su naturaleza impredecible. Por ejemplo, un día se siente lleno de energía para comenzar un nuevo proyecto, pero a los pocos días se deprime y piensa que no vale la pena seguir adelante y que no logrará nada de lo que se proponga. El tratamiento suele consistir en psicoterapia, no siendo necesaria la medicación. En algunas personas es el precursor de un cuadro más grave mientras que en otras se mantiene en este estado más leve. -Ciclo rápido: tienen 4 o más episodios al año en cualquier combinación de manía, hipomanía, mixto o depresivo. Se da en el 5-15 % de los bipolares. A veces también se dan ciclos ultrarrápidos, con más de 4 episodios a la semana. - Mixto: síntomas de manía y depresión que ocurren simultáneamente o alternan con rapidez durante el mismo día. Es decir, episodios maníacos con estado de ánimo muy triste o irritable. Prevalencia Se da por igual en ambos sexos, aunque en las mujeres es más frecuente el ciclo rápido, sufren más depresiones y más manías disfóricas (estado mixto) y más hipotiroidismo debido al tratamiento con litio. Algunos datos: Por término medio, estas personas son mal diagnosticadas durante unos 8 años y alrededor del 60% no recibe el tratamiento adecuado. Más del 50 % abusa de alcohol y drogas durante su enfermedad. El 60 % de las mujeres que se quejan de síndrome premenstrual, en realidad tienen una depresión crónica que puede ser bipolar o unipolar y que se agrava antes de la menstruación. Las mujeres con depresión posparto tienen más probabilidades de tener una depresión bipolar que unipolar. Los adolescentes que tienen una depresión con síntomas psicóticos casi con toda seguridad son bipolares. Causas Aunque no se conoce exactamente el mecanismo que da lugar a este trastorno, sí se sabe que las causas son múltiples: genéticas, psicológicas, ambientales, emocionales. Los familiares de pacientes bipolares tienen más probabilidades de tener trastornos del estado de ánimo, como depresión o trastorno bipolar. Un gemelo idéntico de un bipolar tiene tres veces más probabilidades de ser bipolar que cualquier otro hermano (80% para los gemelos idénticos frente a 16% para los hermanos no gemelos). Se hipotetiza que estas personas heredan cierta vulnerabilidad que las hace más sensibles y susceptibles al estrés físico y emocional debido a una falta de estabilidad en la transmisión de los impulsos nerviosos al cerebro. Sin embargo, para que aparezca el trastorno no basta con heredar esta disposición sino que además es necesario que se den unas determinadas circunstancias en la vida de esa persona que desencadenen los episodios. Sobre todo los episodios maníacos suelen ser desencadenados por un acontecimiento estresante. Aquí hay que tener en cuenta que lo que es estresante para una persona puede no serlo para otra, por lo que lo importante no es el acontecimiento en sí mismo, sino el hecho de que la persona lo interprete como estresante. ¿Cómo es un episodio maníaco? Suele comenzar con una sensación agradable de alta energía, creatividad y facilidad en situaciones sociales que rápidamente aumenta hasta estar fuera de control. "Las ideas rápidas se vuelven demasiado rápidas y son demasiadas, la abrumadora confusión reemplaza a la claridad; no puedes recordar. El humor contagioso deja de divertir, tus amigos se asustan. Estás irritable, enfadado, amenazador, desconfiado y atrapado...", comenta una persona bipolar. Durante la manía, el estado de ánimo es irritable, expansivo o eufórico. Sienten que pueden hacer cualquier cosa que se propongan, su autoestima es altísima, se creen grandiosos, como si estuvieran en la cima del mundo. Sienten una xagerada sensación de poder, importancia y grandiosidad. O bien pueden estar muy irritables, se enfadan por cualquier motivo y tienen estallidos emocionales, pasando súbitamente del regocijo a la ira. Gran actividad, quieren hacer muchas cosas, pero su atención cambia fácilmente de un tema a otro. En un momento dado pueden querer hacer deporte y al otro quieren coger un avión a cualquier sitio. Muy impulsivos, con dificultad para controlar sus impulsos, tienen un juicio pobre a la hora de tomar decisiones que los lleva a realizar actividades poco realistas. Pueden gastar grandes cantidades de dinero, tener una conducta temeraria y hacer inversiones absurdas. Hablan sin parar, en voz alta y con gran rapidez, saltan de un tema a otro y es difícil seguirlos. Los pensamientos pasan a gran velocidad por su mente. "El ruido en mi cabeza, que es una combinación de uno o dos trozos de ideas o frases, música y canciones, además de un ritmo repetitivo que es casi como si mi cerebro fuese un tambor, más palabras o cadenas de palabras, frases, galimatías..." cuenta Marcia. Su necesidad de sueño está disminuida, sin sentir ninguna fatiga incluso después de haber dormido muy poco. Deseo sexual aumentado. A veces puede aparecer conducta sexual inapropiada. En algunos casos puede haber síntomas psicóticos como alucinaciones (ver o escuchar cosas que no existen) o delirios (creer firmemente cosas que no son verdad, como que alguien le persigue y espía). Hipomanía "Al principio es increíble. Las ideas son rápidas como estrellas fugaces que siguen hasta que otras más brillantes aparecen. Toda la timidez se esfuma, los gestos y palabras apropiados están de repente ahí. La gente y las cosas que no tenían interés se vuelven interesantes. La sensualidad lo invade todo; el deseo de seducir o ser seducido es irresistible. Te llenas hasta la médula de increíbles sentimientos de facilidad, poder, bienestar, omnipotencia euforia, puedes hacer cualquier cosa..." La hipomanía es un estado más leve que la manía, con síntomas similares pero menos severos. El estado de ánimo es eufórico o irritable. Están absolutamente seguros de sí mismos, su pensamiento se ve acelerado y pueden llegar a ser realmente ingeniosos y divertidos. Necesitan dormir poco y se comprometen en actividades incesantes, hablan mucho, van de un lado a otro, hablan por teléfono, quedan con amigos, trabajan en varias cosas a la vez y no paran ni un solo momento. Al principio resultan interesantes pero enseguida revelan su egocentrismo, no dejan hablar a los demás, no toleran las contradicciones o las críticas y se muestran dominantes y dictatoriales. Gastan dinero en exceso y se pueden involucrar en actos sexuales promiscuos y en excesos alcohólicos. Dicen encontrarse estupendamente y no necesitar ayuda. Pero es posible que sí busquen ayuda durante la depresión. Son productivos en el trabajo y no suelen meterse en problema serios. El tratamiento: medicación, psicoterapia y educación El tratamiento consiste en medicación, psicoeducación y psicoterapia. Medicación: el fármaco más utilizado es el litio, que es un estabilizador del estado de ánimo. Entre un 20 y un 40 % no responde a este tratamiento y cierto número de pacientes no lo tolera debido a los efectos secundarios. Con estos pacientes suele utilizarse otros fármacos diferentes. Psicoterapia: cuando se produce un episodio, la vida del paciente y de su familia puede quedar completamente dislocada y lo principal es volver a ordenar las cosas de nuevo. El primer paso consiste en informar al paciente y su familia sobre esta enfermedad. Esto dará lugar a una gran cantidad de emociones, miedos e interrogantes que el psicólogo tendrá que ayudar a superar. Muchas personas tienden a negar lo sucedido, prefieren olvidar y actuar como si no hubiera pasado nada. Pero esto constituye un gran error ya que es muy probable que el episodio vuelva a repetirse y conviene estar preparados. El terapeuta tendrá que ayudarles a integrar esta experiencia y esto se logra promoviendo un diálogo familiar abierto. Durante la psicoterapia se ayuda al paciente a mejorar las estrategias de afrontamiento de acontecimientos estresantes (y a identificar dichos acontecimientos), manejar adecuadamente el estrés, entrenamiento en resolución de problemas, habilidades de comunicación, entrenamiento en el control de los impulsos, etc. La terapia cognitiva es una de las más apropiadas para estas personas. Consiste en enseñar al paciente a controlar sus estados de ánimo y sentimientos de forma que sea capaz de cambiarlos en el momento en que detecte que están empezando a aparecer sentimientos o pensamientos inadecuados (cuando se acerca un episodio). Esto se consigue ayudando al paciente a ser consciente de cómo está interpretando los acontecimientos que suceden en su vida y de cómo esta interpretación influye en su estado de ánimo, al tiempo que se le enseña a detectar las interpretaciones no realistas y cambiarlas por otras más realistas que no den lugar a sentimientos exagerados. En definitiva, lo más importante en el tratamiento psicológico es enseñar al paciente a detectar los primeros signos y enseñarle técnicas que pueda utilizar para controlarlos. Si además posee habilidades para manejar adecuadamente el estrés y resolver eficazmente los problemas de su vida, y utiliza la medicación adecuada, estará suficientemente equipado como para poder llevar una vida normal y productiva. Qué puedes hacer si te han diagnosticado un trastorno bipolar Además de buscar ayuda profesional, que es lo más importante, también puedes hacer lo siguiente: - Aprende todo lo que puedas sobre tu enfermedad. - El apoyo de tu familia es importante pero tendrás que entender que no es fácil para ellos. Anímalos a aprender todo lo posible. - Mantén un patrón de sueño estable. Vete a dormir siempre a la misma hora y levántate a la misma hora. Un patrón inestable puede desencadenar un episodio. - Mantén un patrón regular de actividad. - No utilices alcohol ni drogas. Estas sustancia pueden desencadenar un episodio. No trates de controlar tus problemas de sueño y de otro tipo con drogas y alcohol. Busca ayuda profesional. - Procura evitar la cafeína, el tabaco y otras sustancia que se consumen diariamente en pequeñas dosis. Evita también el uso de medicamentos para resfriados, dolores de cabeza y otros pequeños síntomas. Incluso pequeñas cantidades de estas sustancias pueden interferir con tu sueño, estado de ánimo o medicación y ser la gota que colme el vaso. - Trata de reducir el estrés en tu vida y trabajo. Mantén un horario fijo y atente a él. - Los primeros síntomas que indican que se aproxima un episodio son diferentes para cada persona. Aprende cuáles son los tuyos y busca ayuda cuando aparezcan. Los signos más comunes son ligeros cambios en: el estado de ánimo, sueño, energía, autoestima, interés sexual, concentración, disposición para emprender nuevos proyectos, pensamientos de muerte e incluso cambios en la forma de vestir. Presta especial atención a un cambio marcado en el patrón de sueño, ya que este suele ser un indicio habitual de que se acerca un episodio. Pídele a tu familia que vigile la parición de este tipo de signos ya que es posible que tú no te des cuenta. - Mantén un diario en el que anotes tus sentimientos, actividades, medicación, efectos secundarios, patrón de sueño y acontecimientos vitales importantes. Esto te ayudará a conocer los signos que preceden a un episodio y la influencia de los acontecimientos de tu vida en ellos. Puede venirte bien utilizar una escala de estado de ánimo que vaya de cero (completamente deprimido) a diez (completamente maníaco). Anotar la medicación que tomas y sus efectos secundarios te ayudará a descubrir, junto con tu médico, cuál es el mejor para ti de todos los fármacos usados en estos casos. Qué pueden hacer los familiares Infórmate sobre el trastorno bipolar, conoce los signos que preceden uno de sus episodios, anima al paciente a seguir el tratamiento y evitar el uso de alcohol o drogas. Cuando esté estable haced planes de cómo vas a actuar si aparece otro episodio: impedirle el acceso a tarjetas de crédito, las llaves del coche, etc. Si sois varios miembros en la familia haced turnos para cuidar del paciente; que no recaiga todo el peso en una misma persona siempre. Cuando se esté recuperando de un episodio deja que vaya a su ritmo. No esperes demasiado ni demasiado poco. Es decir, no le empujes demasiado ni seas excesivamente protector. Trátalo con normalidad una vez recuperado, pero vigila la aparición de síntomas. Si aparece una recaída es posible que tú lo notes antes. Habla con él o ella. Hablad para conocer las diferencias entre un día de buen humor y la hipomanía, y entre un día malo y la depresión. Recuerda que, como cualquier otra persona, tendrá días buenos y días malos que no son parte de la enfermedad. Busca grupos de apoyo: personas en tu misma situación con quienes compartir tus sentimientos y preocupaciones. Estudios recientes: la influencia del ácido graso omega-3 El doctor Andrew Stoll, director del laboratorio de investigación psicofarmacológica en Harvard, estudia los efectos del ácido graso omega-3 en el tratamiento del trastorno bipolar. Mientras investigaban para encontrar otras alternativas al litio y fármacos semejantes, buscaron compuestos que tuviesen un efecto similar a ellos. Así fue como se toparon con el ácido graso omega-3. Comprobaron que su efecto era comparable e incluso superior al del litio u otros fármacos convencionales, pero sin ningún efecto secundario. Tras cuatro meses de investigación, solamente una persona de cada 14 que tomó omega-3 había recaído, mientras que en el grupo control (pacientes bipolares a los que les dieron aceite de oliva en vez de omega-3) habían recaído dos tercios. Según piensa Stoll, los ácidos grasos omega-3 funcionan haciendo más permeable la membrana de las células nerviosas, lo cual permite que la transmisión del impulso nervioso de una célula a otra sea más adecuado. Por el contrario, las grasas saturadas vuelven las membranas menos permeables. En EEUU se ha visto que el aumento de los índices de depresión correlaciona con la disminución progresiva de omega-3 en la dieta a lo largo del siglo XX. Las personas deprimidas tienen menos cantidad de omega-3 en su organismo que el resto de las personas. Los ácidos grasos omega-3 utilizados en la investigación proceden de aceite de pescados ricos en grasas, como salmón, sardina, caballa, arenque, atún y anchoas. El omega-3 procedente del aceite de linaza no es aconsejable porque puede ser peligroso en dosis altas. Stoll y su equipo continúan realizando investigaciones sobre estos ácidos grasos en pacientes bipolares, deprimidos y autistas. La mayoría notan mejoría entre 1 y 3 semanas después de comenzar el tratamiento. Creatividad y enfermedad bipolar. Se ha visto que ciertas formas de enfermedad psiquiátrica en una persona con talento puede fomentar su creatividad. Muchos han sido los grandes artistas que han padecido un trastorno bipolar. Entre ellos se encuentran Virginia Woolf, Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, Dylan Thomas, Anne Sexton, Samuel Becketh y Sylvia Plath. Virginia Woolf tenía depresiones profundas que aparecían en primavera. Se sentía fracasada, se negaba a comer y rechazaba toda compañía. Alternando con sus depresiones aparecían episodios de hipomanía o manía que podían llegar a tener síntomas psicóticos. En la primavera de 1941 se suicidó. Escribir le permitió tener control sobre su enfermedad y dar sentido al caos que poblaba su mente, siendo su escritura un ejercicio terapéutico, al tiempo que su enfermedad era también la fuente de su propia creatividad. Sara tiene 12 años. Ha estado deprimida durante unos seis meses. Solía estar tumbada e irritable, empeoró en sus estudios y dejó de ver a sus amigos. Después, durante unos días comenzó a salir de ese estado; llamó a sus amigos, volvió a hacer antiguas actividades que le divertían y estaba más interesada en el colegio. Pero poco después, los demás notaron que estaba más animada de lo normal. Llamó a 10 de sus amigos para ver si podían venir y la mayoría lo hizo. Empezaron un juego y pronto vieron que Sara actuaba de forma extraña. No paraba de reír, cambiaba las normas del juego a su antojo, se puso los calcetines en las orejas y empezó a bailar por toda la habitación. A sus amigos no les hacían gracia sus bromas, pero ella seguía riendo sin cesar a pesar de ser la única que lo hacía. Cuando le dijeron que eso no era divertido, ella se enfadó y los echó de casa. Durante el fin de semana despertó a sus padres en plena noche tocando el piano, cada hora aproximadamente iba hacia ellos a toda prisa para decirles algo que había olvidado. Se reía tanto que apenas la entendían. En el colegio la echaron de clase por actuar como si tuviera dos años y molestar a sus compañeros. Esto duró una semana, después fue volviendo poco a poco a su estado deprimido habitual. Había tenido un episodio hipomaníaco. Justin tenía 11 años cuando la profesora llamó a su madre diciendo que había tenido que llevarlo dos veces a ver al director. Cuando llegó a casa entró como una flecha gritando algo acerca de una gran idea. Saltó desde lo alto de la casa a un arbusto cercano con una tabla de madera en la mano. Cuando su madre le preguntó qué hacía le dijo algo acerca de lanzaderas espaciales y pistas de aterrizaje. Ella le dijo que volviese a casa y él le dio un puñetazo en el estómago diciendo: "de eso nada, puta" y se alejó en su bici. Durante los tres días siguientes lo echaron del autobús, rompió su bici, casi prende fuego a la casa haciendo un pastel a las tres de la mañana, llamó por teléfono a sus amigos en mitad de la noche, se cortó parte del pelo, se bebió cuatro latas de cerveza y acabó dando saltos en el techo de un coche de policía antes de que se lo llevaran al hospital. Había tenido un episodio maníaco. Algunos estudios recientes sugieren que la enfermedad bipolar podría aparecer incluso a los 7 años de edad. Los síntomas de los niños son diferentes a los de los adultos y suelen ser ciclos más rápidos. Este trastorno suele confundirse con el trastorno de hiperactividad. "Si un niño tiene una historia familiar de trastornos en el estado de ánimo y/o alcoholismo y manifiesta un patrón de hiperactividad, irritabilidad, cambios de humor y prolongadas rabietas, entonces el trastorno bipolar tendría que ser considerado como un posible diagnóstico", dice Elizabeth Weller, psiquiatra del hospital infantil de Filadelfia. En los niños es más frecuente que, durante la fase maníaca, estén irritables y tengan estallidos emocionales destructivos, dificultad para dormir, hablan mucho y rápido, cambios frecuentes de humor, aumento de la conducta arriesgada, y también pueden tener ideas exageradas de habilidad e importancia. Cuando están deprimidos se quejan de dolor de cabeza, dolores de estómago, cansancio, rinden poco en la escuela, su comunicación es pobre, están irritables y son extremadamente sensibles al rechazo o al fracaso. Después del episodio maníaco las cosas no son fáciles para ellos. Suelen perder a sus amigos y ser rechazados. Su desarrollo psicológico se ve afectado. En algunos aspectos son inmaduros, mientras que en otros son más maduros, debido al sufrimiento que atraviesan. Es como si un tornado arrasara su vida cada cierto tiempo de un modo impredecible y algunos pueden pensar que no vale la pena empezar de nuevo porque todo se volverá a venir abajo después. El 20% intenta suicidarse. La irritabilidad que a menudo acompaña a la depresión infantil suele suscitar en los demás rechazo y antipatía hacia ellos. En el caso de Justin, sus padres lo culparon por estar enfermo, su hermana le tenía miedo y en la escuela querían que alguien lo supervisase continuamente por si volvía a suceder. En cuanto Sara, sus amigos la consideraban rara y se alejaron de ella. Dejó de jugar al baloncesto, empeoró en la escuela y empezó a fumar. Cuando dijo que iba a suicidarse la llevaron a un médico que, sin tener en cuenta que era bipolar, le recetó antidepresivos. Tras una semana de medicación estaba tan inquieta que no podía estar tranquila un instante. A su perro le rompió las cotillas de una patada y cuando volvió a casa del hospital dijo que no tomaría un fármaco nunca más. Sus padres la empujaron a hacer actividades: escritura, teatro, baloncesto, amenazándola con llevarla al hospital si no las hacía. Poco a poco pudo ir saliendo de su estado depresivo. Copyright © 2005 Cepvi.com. Reservados todos los derechos. Información sobre copyright

    La depresión posparto

    La depresión posparto Durante el embarazo, el cuerpo de una mujer soporta cambios importantes y puede experimentar un considerable malestar o incluso la sensación de estar enferma. Cuando el bebé nace, la mujer se hace responsable del bienestar de una persona vulnerable, que tiene necesidades muy inmediatas de atención y cuidado. Por muy deseado que pueda ser el recién nacido, traerá consigo grandes cambios a la vida de la madre, que a veces pueden resultar estresantes. Muchas mujeres atraviesan un periodo en el que se sienten cansadas y con un estado de ánimo decaído. Pero suele durar solamente algunos días y pronto las mujeres comienzan a sentirse ellas mismas de nuevo. En otros casos, el nacimiento tiene un efecto más serio y duradero. Se trata de mujeres que se deprimen y se sienten confusas, o muy ansiosas, sin lograr superarlo. Esta reacción se conoce como depresión posparto, y puede ser muy dolorosa, ya que afecta a la mujer misma, su pareja y sus hijos. Qué es la depresión posparto La mayoría de las personas tienden a tener altas expectativas sobre la maternidad y asumir que la madre será capaz de hacer frente al cuidado del bebe de forma natural, fácil y satisfactoria. Por tanto, si de repente la madre se encuentra estresada y comienza a preguntarse si será capaz de manejar la situación (o incluso si desea hacerlo), puede resultarle muy desmoralizante y doloroso. Así, muchas madres se sienten llorosas y desanimadas, ansiosas, o tensas o enfadadas, y no saben qué hacer con esas emociones. Pueden no saber con seguridad la razón por la cual se sienten así, lo cual empeora las cosas, creando sentimientos de culpa o inadecuación. La depresión posparto es bastante común (entre el 10 y el 20 por ciento de las mujeres). Puede ocurrir justo después del parto, o varios meses después. Puede comenzar muy repentinamente o ir apareciendo lentamente. Afecta a mujeres de todas las edades, tanto primerizas como con hijos. Es posible que una mujer se sienta bien con su primer hijo, pero se deprima con el siguiente, aunque las probabilidades de desarrollar depresión posparto son más altas si una mujer la ha tenido ya antes. Síntomas típicos Puede sentirse: Deprimida y llorosa, todo puede parecer una lucha. Se siente mal consigo misma y con lo que hay a su alrededor. Ansiosa y preocupada por su propia salud, el bebé o el resto de la familia. Puede tener miedo de estar sola en casa o de salir a la calle. Irritable y frustrada. Puede enfadarse con sus hijos o sentirse furiosa con su pareja. Exhausta física y mentalmente, incapaz de hacer frente a las numerosas demandas. Culpable por no comportarse como una madre "apropiada" o por sus propias emociones de enfado y depresión. También puede notar cambios en el modo en que funciona su cuerpo o el modo en que se comporta: Tiene problemas para concentrarse. Sus patrones de sueño pueden estar trastornados. Por ejemplo, puede desear dormir a todas horas, o puede ser difícil quedarse dormida o dormir las suficientes horas. Puede verse afectado su apetito, de manera que pierde interés en la comida o come mucho más de lo habitual. Puede tener la impresión de que su cuerpo funciona lentamente, resultándole difícil tomar incluso decisiones simples; o bien puede sentirse llena de tensión nerviosa y estar constantemente ocupada pero sin lograr hacer mucho. Puede perder interés en el sexo. Todo esto puede transformarse en un círculo vicioso, al estar más cansada por la falta de sueño y la ansiedad, lo cual la vuelve más irritable. Entonces puede sentirse culpable por cómo se comporta con su familia, lo cual empeora la depresión. ¿Por qué se produce? Las causas pueden ser diferentes en cada mujer y a veces no se encuentra una razón clara. En momentos particulares de tu vida puedes ser más vulnerable. O bien, ciertos acontecimientos difíciles de tu pasado pueden hacer más probable la aparición de depresión posparto. Entre las causas principales se encuentran: El parto mismo puede haber sido una experiencia decepcionante. Puede haberla dejado con una sensación de violación o pérdida. El bebé puede ser muy exigente, llorar demasiado o tener algún problema de salud, que haga especialmente estresante cuidarlo. Pueden existir problemas de tipo económico, laborales, familiares, poco apoyo por parte de la pareja, etc. Las experiencias vividas como hijas pueden influir en el modo en que viven su propia maternidad. Recuerdos dolorosos de acontecimientos de la niñez (pérdidas de seres queridos, abuso físico o sexual) pueden reaparecer al hacer frente a la propia maternidad. La sociedad tiene una visión contradictoria de la maternidad; por una parte se percibe con algo hermoso y a la madre como una fuente inagotable de amor y cuidado; por otra parte, se presta poco apoyo a las madres y no se reconoce que la maternidad es una tarea dura, lo cual puede crear frustración e ira en la madre, que, en muchas circunstancias, no tendrá más remedio que llevar a su hijo con ella a todas partes, encontrando difícil estar con un bebé en medios de transporte, tiendas, etc. La sociedad tiende a considerar la maternidad como algo que puede hacerse de manera instintiva, cuando lo cierto es que la falta de experiencia y aprendizaje puede dejar a la madre en un estado de miedo e incertidumbre. Muchas madres pueden sentirse aisladas. Si ha tenido que dejar el trabajo, puede sentirse resentida y alejada de la vida normal adulta y afectada por la pérdida de ingresos propios. El efecto de los cambios hormonales tras el parto. Algunos médicos consideran que cambios en los niveles de hormonas pueden ocasionar la depresión posparto. Copyright © Cepvi.com. Psicología, medicina y salud. Reservados todos los derechos. Información sobre copyright

    Que es la Distimia?

    Distimia La distimia es un trastorno del estado de ánimo con síntomas similares pero más leves y más duraderos que en la depresión clínica. Para ser diagnosticado este trastorno ha de durar por lo menos dos años, pero es menos incapacitante que el trastorno depresivo mayor; por ejemplo, estas personas son generalmente capaces de ir a trabajar y realizar otras actividades de su vida diaria. Definición - Estado de ánimo crónicamente depresivo casi todo el día y la mayor parte de los días durante al menos dos años (1 año en niños y adolescentes). - Los síntomas no son tan graves e incapacitantes como en el trastorno depresivo mayor e incluyen dos o mas de los siguientes síntomas: pérdida o aumento del apetito, insomnio o hipersomnia, falta de energía o fatiga, baja autoestima, dificultades para concentrarse o para tomar decisiones, y sentimientos de desesperanza. A veces pueden aparecer episodios de depresión mayor superpuestos. Signos que pueden estar indicando la existencia de una distima Un pobre rendimiento en el trabajo o estudios Retirada social Timidez Hostilidad irritable Conflictos con familiares y amigos Problemas de sueño Anormalidades fisiológicas Padres con depresión mayor Al menos tres cuartos de las personas con distimia tienen otro trastorno psicológico adicional. Tratamiento La terapia cognitiva  se utiliza para modificar los pensamiento contraproducentes y auto-derrotistas.  La terapia del comportamiento puede ayudar a estas personas a aprender cómo actuar para lograr un acercamiento "más positivo" a la vida y comunicarse mejor con los amigos, la familia, y los compañeros de trabajo.     En muchos casos, los síntomas son difíciles de reconocer y de clasificar. La mayoría de las personas con distimia acude solamente a su médico de cabecera, que puede diagnosticarlas erróneamente, sobre todo si las quejas son principalmente físicas, como el cansancio. Muchas de estas personas no consideran que estén deprimidas, y se sienten aliviadas al saber que se trata de un trastorno que se puede tratar. Desafortunadamente, sólo suelen consultar a los profesionales de la salud mental cuando aparece una depresión mayor, aunque la distimia puede conducir al alcoholismo o al suicidio por sí misma. Artículo editorial de Cepvi.com. Ana Muñoz, psicóloga, directora. Copyright © Cepvi.com. Reservados todos los derechos. Información sobre copyright

    Que es el Síndrome de Asperger?

    Síndrome de Asperger  Es un desorden relacionado con el autismo que se manifiesta a menudo como comportamiento "excéntrico" más que incapacidad pronunciada y obvia.  Fue identificado como un trastorno separado en 1944 por un doctor alemán, Hans Asperger, que observó comportamientos similares y extraños en varios de sus pacientes.  Las características sutiles de este trastorno hacen que a menudo sea pasado por alto por los profesionales de la salud, que sí pueden notar los síntomas más obvios de otros tipos de autismo    Ninguna forma de autismo es bien comprendida por la medicina, pero hay una particular falta de conocimiento sobre el síndrome de Asperger.  Sin embargo, los expertos afirman que no existe asociación  entre síndrome de Asperger y el crimen violento.    Muchos individuos con Asperger llevan vidas muy productivas, en campos altamente especializados tales como la docencia.  Sin embargo, su comportamiento es a menudo ligeramente anormal, quizás por carecer de habilidades sociales, incluso si tienen más interés en la interacción social que las personas con otras clases de autismo.  A menudo una persona con Asperger puede estar obsesionada  con asuntos complejos tales como música, historia, o el tiempo, y tener unas habilidades verbales por encima de la media.  Pero en algunos casos, la voz parece ser plana y carente de emoción, el discurso puede ser artificial y repetitivo, y las conversaciones tienden a girar en torno a uno mismo más que los demás.  Muchos tienen problemas de dislexia o de escritura - y pueden dar la impresión de  carecer de sentido común. Los casos más severos de Asperger pueden ser propensos a la depresión o incluso a la agresión.    La estimaciones hechas en Gran Bretaña indican que pueden existir unos 30.000 niños con este síndrome.  El diagnostico es extremadamente subjetivo, centrándose principalmente en la interpretación de los patrones del comportamiento más que en pruebas físicas.  Y hay pocas opciones de tratamiento. Aunque algunos autores sugieren el uso de medicamentos como Ritalin, su utilización no está carente de polémica.    Un portavoz de la Sociedad Nacional de Autismo de Inglaterra afirma que:  "No hay asociación establecida entre el síndrome de Asperger y la agresión, ni evidencia que sugiera  que las personas con el síndrome de Asperger tienen más probabilidades de romper la ley que cualquier persona  en la población en general. "Es extremadamente raro que las personas con síndrome de Asperger cometan crímenes violentos.  Por otra parte, existe la preocupación de que los individuos con el síndrome de Asperger pueden ser más vulnerables a los actos criminales contra ellos a causa de sus dificultades sociales."  Artículo editorial de Cepvi.com. Ana Muñoz, psicóloga, directora. Copyright © 2006  Cepvi.com. Reservados todos los derechos. Información sobre copyright

    La Infidelidad en la Pareja

    La Infidelidad en la Pareja ¿Porqué sucede la infidelidad? Existen muchas razones por las que las personas tienen aventuras. Probablemente tantas razones como personas hay. Pero generalmente una aventura indica un deseo interno de cambio. Algo en la vida o relación de la persona no marcha bien y la infidelidad se convierte en el desencadenante del cambio. Las aventuras no son solamente un asunto de sexo. De hecho, los expertos en relaciones de pareja mantienen que cualquier actividad íntima entre dos personas que produzca una brecha en la confianza en la pareja constituye una aventura. Tipos de aventuras Aunque existen muchas razones para la infidelidad, la mayoría entra en una de cuatro categorías: La aventura del barco que hace aguas. Cuando un miembro de la pareja siente cierta insatisfacción con la relación. La aventura es una manera inconsciente de llevar la atención al problema y sacar los problemas a la luz. La aventura de escape. Se produce cuando se utiliza un aventura amorosa para salir de una relación. En vez de afrontar el hecho de que una relación no está funcionando,  la aventura fuerza la ruptura. La emoción de la aventura. La naturaleza ilícita de una infidelidad supone una subida de adrenalina. Si añadimos a esto la excitación del sexo con alguien nuevo y los escarceos románticos de una relación nueva, puede parecer irresistible. Dos mejor que uno/a. Puede darse durante años; o bien, puede tratarse de una cadena de aventuras sucesivas. Algunas personas encuentran difícil comprometerse a una sola persona; se sienten agobiadas por la monogamia y el miedo a poner todas sus emociones en la misma cesta. Tener una tercera persona en escena puede proporcionarles una salida para las emociones difíciles. Consejos para prevenir aventuras Sed abiertos. La honradez es la clave para evitar aventuras. Comparte cualquier tentación con tu pareja y acordad apoyaros mutuamente. Permaneced unidos. Construid y mantened la intimidad emocional y sexual en vuestra relación. Cuanto más cercanos os sintáis, más fuerte será vuestra relación y vosotros. Sed listos. No caigas en la complacencia o satisfacción personal. Todo el mundo es vulnerable a la tentación. Estad alerta. Si notas que te sientes atraído por alguien, toma medidas para evitar acercarte más a esa persona. Comportaros. Si te describes como una persona seductora a quien le gusta el flirteo, recuerda: si no quieres quemarte, no juegues con fuego. Cuando se descubre la infidelidad Tanto si el descubrimiento de una aventura es gradual como repentino, el shock es probablemente la primera emoción que se siente. Cuando el shock se desvanece, pueden aparecer emociones como ira, tristeza, confusión y quizás vergüenza, especialmente si fuiste tú la persona infiel. La mayoría de las personas se preguntan cómo ha podido suceder algo así y si puede haber algún futuro para su relación. Superar la infidelidad La confianza es esencial para una relación sana, y es algo que tomamos a menudo por dado hasta que se desvanece. Si tú eres la persona que ha tenido la aventura, necesitarás trabajar duro para que tu pareja vuelva a confiar en ti y a creer que la amas y que has aprendido de tu error. Si eres la persona a quien han engañado y decides que merece la pena intentar salvar la relación, te encontrarás haciéndote preguntas durante mucho tiempo y te costará trabajo recuperar la confianza en tu pareja. La comunicación es fundamental, sobre todo para descubrir los motivos que han llevado a una persona a la aventura, de modo que podáis sacar algo positivo de lo sucedido que os lleve a estar más unidos y solucionar vuestros problemas. Por supuesto, para poder hacer eso, es importante dejar la ira y el resentimiento de lado y tratar de ver lo sucedido de una manera objetiva. Entre las situaciones más comunes que llevan a una persona a tener una aventura se encuentran las siguientes: Insatisfacción en la relación. A veces, dos personas que todavía se quieren pueden estar viviendo una relación insatisfactoria por diversos motivos. Si esos problemas de pareja no se tratan abiertamente o uno de los miembros de la pareja está demasiado absorto en otros temas (problemas con el trabajo, etc) y se mantiene distante impidiendo la comunicación, eso podría llevar al otro miembro a tener una aventura. En este caso, si tú eres la persona infiel, trata de explicarle a tu pareja cómo te estabas sintiendo. O si aún estás a tiempo y tu pareja no sabe nada de tu aventura, trata de buscar otros métodos menos arriesgados para recuperar esa cercanía perdida. Por ejemplo, puede ser preferible una separación momentánea que os haga reflexionar a los dos sobre lo que de verdad deseáis, sin incluir terceras personas por medio. Si, por el contrario, eres tú la persona que ha sido engañada, ten en cuenta también el papel que has jugado en el distanciamiento y los problemas de la relación y trata de ver la aventura como una especie de toque de atención de tu pareja, que no ha sabido comunicarte su malestar de otra manera. Aburrimiento. Si te sientes aburrido con tu vida, una aventura puede darle una mayor emoción. El problema es que el precio a pagar puede ser alto. Tal vez una mejor solución podría ser planear junto a tu pareja nuevos modos de dar emoción a vuestra vidas. Cuando los caminos se separan   A veces sucede simplemente que lo que una vez os unió ha dejado de existir o de ser importante, y llega el momento de separaros. Es importante que una persona tenga claro cuáles son sus sentimientos y ser sincero con uno mismo respecto a ellos. Permanecer en una relación por motivos falsos, cuando el amor ya no existe, sólo servirá para crear resentimiento y amargura. Copyright © Cepvi.com. 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