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Gean Carlos Rivas Devera Unas de las preguntas más frecuentes de los seres humanos en la actualidad es: ¿que voy hacer en el futuro? ¿De que voy a vivir? Imagino que te identificas con estas preguntas, quiero compartir una experiencia acerca de ese tema. Toda mi niñez y casi toda mi adolescencia viví en un pueblito en el campo, en una casita que a su alrededor tenia muchos árboles de mangos y de muchos otros, los que mas me gustaban eran los de mangos, y debajo de unos de ellos había un barril, en el campo son muy útiles ya que lo usan para depositar agua, guardar semillas y otras cosas. Cuando estos barriles tenían mucho tiempo de ser usados, como es lógico, los desechan, bueno, este ya no lo utilizaban y lo dejaron debajo de un árbol de mangos, una vez jugando debajo de ese árbol incline el barril y me sentaba en el como montar un caballo, uno de esos días de diversión descubrí algo, que al golpear el fondo del barril producía un sonido muy agradable, entonces, comencé a buscarles sonidos y sin fijarme muy bien ya estaba haciendo ritmos musicales, y cada día ese árbol y ese barril eran mis sitios favoritos para jugar. Mientras pasaba el tiempo tocaba el barril, que ya no era mas un vulgar barril, sino que, se había convertido en un divertido instrumento musical, en esos días descubrí que podía hacer sonidos y note que tenia oído musical, entonces nació dentro de mi una inquietud de aprender a tocar instrumentos musicales de verdad, y decidí buscar forma de educarme, era muy difícil conseguir instrumentos ya que mi madre no tenia las posibilidades económicas de comprar una guitarra, un teclado, una batería o algún otro. Nunca se apagó esa idea dentro de mí. Al convertirme al Evangelio, comencé asistir a la iglesia, me acerqué a el área donde estaban los músicos y allí observaba todo el servicio. Pasaba el tiempo hasta que notaron mis inquietudes y me dieron la oportunidad de practica el teclado, y dictaron unas clases de las notas musicales y de como se hacen en el teclado, y aproximadamente cinco meses después ya podía tocar algunas canciones en el teclado y la guitarra y hasta podía cantar, de allí en adelante he tenido tantos encuentros con Dios por medio de la música, y por medio de ella Dios me ha abierto tantas puertas como desde entrar a la universidad por medio de una beca, hasta tocar con muchos músicos cristianos de mi localidad. Ya a mi temprana edad había entendido que la música y la creatividad eran mi fuerte. Ahora te digo que si no fuera por ese barril debajo del árbol quizás no hubiese notado esa cualidad en mí. Te pregunto: ¿cual es tu barril debajo del árbol? ¿Tienes una historia similar a esta? Es un lugar o un momento de nuestras vidas que nos hacen descubrir nuestro fuerte, o las capacidades que DIOS nos ha dado. Busca dentro de ti ese instante donde te sentiste tan a gusto contigo haciendo algo diferente. Dios a cada ser lo ha dotado de talentos (habilidades) y dones que algunos pasamos años en descubrir, sin embargo hay otros que se notan tan fácil casi que al momento de nacer. Fui descubriendo otras habilidades a medida que crecía y que participaba en la iglesia y que sólo la descubrimos en la practica de la misma. Dos consejos, si todavía no has descubierto tus habilidades y tus dones primero ora a Dios pidiendo que te facilite la forma de descubrirlos, segundo experimenta lo que mas te llama la atención y busca la forma de servir en varias áreas en tu iglesia o en tu comunidad y seguro que así será sencillo descubrirlo.