LEER PARA CREER
LEER PARA CREER
Por: Raúl Escandar
En algún lugar escuché que el hombre es un animal de costumbres. Y creo que esta afirmación no es del todo incorrecta. Si bien el ser humano se diferencia de los animales porque tiene raciocinio, no obstante se apega a hábitos y costumbres que le son impuestos, o él mismo se impone por distintos motivos. No voy a explicar los malos hábitos que tienen los hombres, porque creo en el pensamiento positivo y porque simplemente es provechoso tener el hábito de tener buenos hábitos. El hábito que hoy consideraremos es la lectura. la buena lectura.
¿Te preguntaste alguna vez por qué leemos? Sé que muchas serían las respuestas que me daría cada lector. Pero creo que todos coincidiremos en que leemos: 1) porque tenemos un lenguaje escrito con el cual nos comunicamos, y 2) porque "el hombre adquiere seguridad en el dominio de las condiciones de su existencia por medio del aprendizaje". Y efectivamente, al leer, aprendemos. El hombre necesita aprender para crecer, y leer es una forma de aprender. No voy a hacer una declaración de principios acerca de la buena o de la mala lectura. Simplemente reafirmaremos razones del valor de la buena lectura.
Indiscutiblemente, el hombre tiene acceso en la actualidad a un indescriptible caudal de información que recibe porque otro hombre necesita expresar lo que piensa. Necesita comunicarse. Quiere que otros conozcan lo que cree. Por eso escribe. Por ello otros leen. Te imaginas lo importante que debe ser para un escritor que otros lean sus escritos. Lo contrario podría llevarlo a la crisis. No aceptaría la idea de saber que lo que escribió no interesa a nadie. Esto se da, muy pocas veces, pero si fueras escritor no dormirías hasta saber el resultado y los efectos de tu producción. Desearías que lean lo tuyo. Pero tú, ¿lees lo que escriben los demás?
Adquirir el hábito de la lectura es un proceso de educación que irá en aumento a medida que resolvamos aprender más.. leer requiere concentración mental para elaborar pensamientos vigorosos y coordinados. Se debe ejercitar la capacidad de resumen, dejando grabado lo estrictamente importante.
Algunos podrían decir que no encuentran satisfacción en leer; que se cansan desde el momento en que ven la extensión de un texto o un libro. Otros afirmarán que tal o cual tema no les interesa. Quizás algunos dirán: "Yo comienzo con entusiasmo, pero después de diez o doce renglones me canso y dejo". A todos les contesto que la lectura es un hábito que surge de un simple acto de elección. Así como los cristianos elegimos salvarnos, también debemos decidirnos y elegir tener el hábito de leer. Porque leyendo aprendemos, y aprendiendo creemos.
¿Alguna vez te interesaste en un libro o una publicación? ¿Qué te llamó la atención? ¿El título? ¿Las ilustraciones, ¿El tema?, ¿La portada. Todo parece coincidir con la subjetividad con que te fuiste formando. Tu propio ser se ha cuestionado planteos, se ha formulado preguntas, ha hecho análisis de todo lo que lo rodea. Y allí comienza una especie de oferta y demanda entre lo que necesitas o deseas saber y lo que quieren hacerte saber. Tú deberías elegir, porque necesitas tener una vivencia correcta de las cosas. En cierto modo, necesitas creer en algo. Creer no sólo en sentido espiritual, sino en aceptar -o no- conceptos, hechos y realidades de otros hombres. Es éste el momento, entonces, de tomar un libro, de familiarizarse con lo escrito. Todo lo que venga a tu mano léelo, analízalo, estúdialo. luego extrae lo bueno. "Claro -me dirás-, encontrar lo justo, lo adecuado, lo positivo, lo preciso, no siempre es fácil, incluso puede ser subjetivo". Pero te contesto que no podrás diferenciar lo bueno de lo malo de tal o cual autor, si antes no lees su pensamiento. Luego de la lectura vendrá el análisis y la crítica.
Por eso no tenemos que prejuzgar un texto y cerrarlo a menos que sea demasiado evidente su baja calidad, su superficialidad y su ligereza; si es así, abstente de leerlo. Lee para instruirte, para saber, para creer, para encontrar el camino.
El hábito de la lectura irá profundizándose en ti hasta llegar a momentos extraordinarios. También interviene el factor de tu cultura y la cultura del pueblo que te rodea. Si algún amigo o compañero te preguntase:
¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Para qué? ¿Qué?
Si surgen otras preguntas, sabrás qué responderle si ya encontraste el sabor de la lectura.
Recomendaciones
Hay lectura para ciertos momentos y lectura para ningún momento. Tú eres el que debe determinarlo. No podría recomendarte en este momento ningún libro, ya que esa recomendación sería demasiado personal. Pero sí podría darte algunas pautas de lo que necesitamos leer todos:
La Biblia. Los periódicos: Los libros del espíritu de profecía: El Camino a Cristo y El Deseado de Todas las Gentes.)
Los textos escolares:
Las revistas denominacionales:
Importante
De aquí en adelante, tienes todo el resto del material mundial para leer. Dejo esos textos a tu criterio y juicio. Pero recuerda: "Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad".
Trata de comenzar a leer; elige lo que vas a leer; analiza lo que lees; aprende lo que es bueno; cree lo que es verdad. Porque, cambiando lo que dice una vieja frase ("ver para creer"), es necesario "leer para creer".
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