La personalidad narcisista
Monday, March 23, 2009 at 11:02AM
La personalidad narcisista
Narciso era un joven de gran belleza a quien todos admiraban. Pero él, lleno de vanidad y orgullo despreciaba y rechazaba a todos sus amantes, tanto mujeres como hombres. La ninfa Echo estaba perdidamente enamorada de él, y cuando Narciso la rechazó ella se consumió en su dolor hasta quedar transformada en una simple voz. Un muchacho a quien Narciso había despreciado del mismo modo, rezó a los dioses para pedirles que se amara a sí mismo sin descanso. La diosa Némesis escuchó sus ruegos e hizo que Narciso se parase a beber en un manantial en la cima del monte Helicon. Cuando vio su propia imagen reflejada en el agua se enamoró al instante de ella, pero no podía abrazarla porque cada vez que lo intentaba la imagen se desvanecía con el movimiento ondulante de las aguas. Incapaz de dejar de contemplarse, se quedó allí hasta que murió de hambre. Pero no fue su cuerpo lo que permaneció, ya que en su lugar apareció una flor.
El mito de Narciso se convirtió en una metáfora del amor desmesurado hacia uno mismo a partir de los escritos de Havelock Ellis, en 1898. ¿Cuáles son las características del narcisismo?
Grandiosidad.
El narcisista se cree enormemente importante, considerándose por encima de cualquier persona, incluida su pareja o amistades.
Necesidad de aprobación. Tienen una gran necesidad de sentirse aprobados y admirados por los demás, quienes, sin duda, tienen que saber lo maravillosos que son. Sienten que merecen una gran admiración y respeto por parte de los demás, de quienes esperan que deseen de buena gana satisfacer todos sus deseos y darles un trato especial (como perdonar sus deudas). Les gusta ser el centro de atención y conversación.
Falta de empatía. No es capaz de ponerse en el lugar del otro y compartir sus sentimientos. Puede sentirse ofendido si un amigo le dice que no puede ir a su fiesta porque acaban de ingresar a su madre en un hospital. Se muestran insensibles y desconfían de los motivos de los demás.
Negación.
Niegan quienes realmente son y adoran a la imagen sobrevalorada que tienen de sí mismos. Niegan sus sentimientos de depresión y cualquier trauma que hayan podido sufrir. Durante una psicoterapia suelen negar también cualquier tipo de problema.
Envidia.
Envidian a los demás y creen que los otros son envidiosos también. Aunque prefieren la lógica a los sentimientos, al mismo tiempo envidian a las personas que tienen capacidad de empatía y son emocionalmente accesibles.
Arrogancia e intolerancia a las críticas.
La persona narcisista se siente ofendida con facilidad, reacciona con rabia cuando la critican, tratando de destruir o infravalorar a esa persona o bien arma tal jaleo que al final los demás tienen que darle la razón.
Manipulación
Dado que consideran que los demás están ahí para satisfacer sus necesidades, no dudan en manipularlos y en tratarlos como objetos que le sirven para lograr sus objetivos.
Fantasías
Fantasea con lograr éxito, admiración, belleza, poder en cantidades ilimitadas y con encontrar el amor ideal y perfecto.
Se consideran los mejores en su trabajo
Incluso por encima de sus superiores o de sus profesores en el caso de estudiantes. Irradian una imagen de gran seguridad en sí mismos y pueden ser capaces de convencer a otros de que no hay nadie mejor que ellos. Suelen hacer grandes logros en su trabajo, aunque a veces su narcisismo puede perjudicarles debido a que no toleran que sus propuestas sean rechazadas y a que es posible que no se molesten en mejorar y aprender cosas nuevas porque piensan que ya lo saben todo. Buscan el triunfo por el triunfo mismo. No toleran el fracaso y esto puede llevarlos a veces a no arriesgarse.
Interpretación distorsionada de los resultados y recuerdo selectivo. Exageran sus éxitos y se atribuyen mayores habilidades que los demás al conseguirlos, mientras que atribuyen los fracasos a circunstancias externas.
Otros sentimientos
Vergüenza, humillación, depresión, manía. Se ha asociado con anorexia nerviosa y abuso de cocaína.
Muestran desdén hacia sus parejas.
Piensan que deben sentirse queridos por ellas sin necesidad de corresponderles. Muchos ven a los demás de forma negativa y pesimista. Quiere ser el centro de la vida de su pareja, quien debe estar deseosa de satisfacer todas sus necesidades o, de lo contrario, le retirará su amor.
¿Cómo se llega a tener una personalidad narcisista?
1. El narcisismo infantil.
Cierto narcisismo es normal y deseable durante el desarrollo infantil. Los niños pequeños ven cubiertas todas su necesidades y los demás parecen estar ahí para servirlos de inmediato. Durante el proceso de construcción de su identidad, necesitan sentirse admirados y reconocidos por sus padres, necesitan sentirse valorados como seres únicos porque es así como llegan a aprender que son personas diferentes y separadas de sus padres y que, por este motivo, ellos pueden tener deseos y necesidades diferentes a las suyas. Se sienten amados por ser quienes son y no por lo que pueden hacer por los demás. Aprenden a reconocer y confiar en sus propios sentimientos porque sus padres reconocen esos sentimientos y los valoran sin tratar de imponerles los suyos. Es decir, este deseo de admiración típico de los niños, se debe a una necesidad de ser reconocido como persona única y separada de otros, sentirse importante y poder construir de este modo una identidad y una autoestima que no dependan de la aprobación de los demás sino que nazcan dentro de ellos mismos.
2. El niño/a frustrado.
Cuando esta necesidad de reconocimiento se ve frustrada, el niño o niña no se siente especial, desarrolla una autoestima baja y puede incluso pensar que esa necesidad de reconocimiento es algo malo o que puede hacer que los demás sientan envidia. Las reacciones ante esta situación pueden ser diversas. Puede dar lugar a una personalidad dependiente, centrada en la satisfacción de las necesidades de los demás para conseguir su aprobación o puede dar lugar a una personalidad narcisista, que infla su propio ego para compensar su falta de autoestima e inseguridad. Es decir, el narcisista busca la aprobación y admiración que nunca tuvo pero no quiere reconocer esta debilidad y la niega, construyendo un yo maravilloso y perfecto al que todo el mundo debería adorar.
3. Egoísmo y altruismo: las dos caras de la misma moneda.
Por tanto, y aunque resulte paradójico, cierto egoísmo, definido como la necesidad de ser comprendido y admirado sin que nos pidan nada a cambio, constituye la base del altruismo, ya que cuando nos sentimos queridos y aceptados por ser quienes somos, nos comportamos de igual modo con los demás y somos generosos. Cuando sólo nos sentimos queridos si damos algo a cambio o mendigamos su amor, aparecen la frustración, el resentimiento y la sensación de que somos explotados.
Lo que se esconde debajo.
- Como hemos visto, debajo de ese enorme ego se esconde una persona con una autoestima muy baja, sensación de poca valía personal e inmadurez emocional.
- Esos sentimientos le parecen inaceptables y los oculta.
- En su lugar crea un ego grandioso y superior para compensar.
- Al ser este ego falso, necesita demostrar continuamente dicha superioridad a través de la aprobación y los elogios de los demás, ya que es el único modo que tiene de verla confirmada. Es como si no llegara a creerse del todo esa grandiosidad que trata de transmitir.
- Las críticas echan abajo esta frágil construcción. Por eso reaccionan ante ellas con tanta rabia: ven amenazada su valía personal. El narcisista humillado querrá destruir al causante de dicha humillación para demostrar así que no es cierto lo que dijo de él y poder recuperar sus sentimientos de valía personal.
- La falta de empatía procede de una preocupación excesiva por sí mismo y de la dificultad para reconocer a los demás como individuos separados con sus propias necesidades (inmadurez emocional).
Situaciones que conducen a una mejoría a través del tiempo.
En una investigación se vio que los principales factores correctores tienen que ver con determinados acontecimientos vitales: los logros, las relaciones personales y las desilusiones
1. Los logros.
Las promociones, las graduaciones, los reconocimientos, etc., suponen la adquisición de competencias realistas. Conforme dichos logros y competencias aumentan, disminuyen sus sentimientos de grandiosidad y competencia no realistas.
2. Las relaciones personales.
Lograr mantener una pareja estable suele ser de gran ayuda al narcisista. Sin embargo, no suele ser fácil para ellos encontrar a alguien. Necesitan una persona equilibrada, segura de sí misma, que los acepte tal y como son sin intentar cambiarlos y les transmita sensación de seguridad.
3. Las desilusiones.
Se trata de experiencias que echan por tierra sus creencias de grandiosidad. Cuando Luis, acostumbrado a sacar las mejores notas en sus estudios, se encontró en un cursillo profesional rodeado de personas con un nivel alto de inteligencia y preparación y obtuvo unas notas mediocres, no tuvo más remedio que hacer un reajuste en la percepción de sí mismo. Sin embargo, para que esto suceda, las desilusiones deben ir a la par de los logros, o de lo contrario, el fracaso sucesivo puede llevarlo incluso a agravar su narcisismo.
El comportamiento de los padres o madres puede contribuir al desarrollo del narcisismo en los hijos
Aquí hay que tener en cuenta que:
- Los niños no sólo son educados por los padres, sino también por otros familiares, amigos, profesores, etc.
- Ante el mismo comportamiento paterno los resultados pueden ser diferentes dependiendo de la personalidad de los niños y otros aspectos del ambiente.
Las características que suelen tener estos padres son las siguientes:
- Falta de empatía
- Insensibilidad a las necesidades y sentimientos del niño.
- Están centrados en sus propias necesidades.
- Son capaces de ser muy atentos y halagadores un momento y mostrarse despreciativos y desinteresados poco después.
- Envían mensajes mixtos: hacen ver al niño que es especial y excepcional y al mismo tiempo es inadecuado o deficiente
Tipos de narcisistas
El doctor Bruce Stevens, en su artículo "A nine headed hydra", propone una clasificación de la personalidad narcisista en nueve tipos diferentes. Entre ellos incluye también la personalidad dependiente, que generalmente suele considerarse aparte. Sin embargo, todos los tipos de esta hidra de nueve cabezas de Stevens comparten el mismo problema subyacente: la búsqueda desesperada de la fuente de amor a sí mismos en lugares donde nunca la encontrarán.
1. El dependiente.
Siente una gran necesidad de ser amado y jamás se siente satisfecho. Nunca recibe suficiente amor. Miedo al abandono y al rechazo. Su problema principal es que no es capaz de quererse y cuidarse a sí mismo y se centra en dar amor a los demás para así conseguir su aprobación y su cariño. Resulta asfixiante para su pareja.
2. El amante especial.
"Nuestro amor es único, especial, maravilloso y perfecto". Piensa que nadie puede amar a su pareja como él o ella, que con su amor curará todas las heridas que pueda tener. Idealiza al amor y a la persona amada, a quien no ve como realmente es. El resultado es siempre una decepción. Son muy vulnerables a cualquier ofensa y arrastran heridas de anteriores relaciones. No toleran ninguna imperfección en su pareja.
3. El poderoso.
Está enamorado del poder y lo expresa humillando o aterrorizando a sus empleados. Arrogante, desprecia a sus subordinados e "inferiores". Lo único que importa es su carrera y su éxito. Su pareja suele ser una persona atractiva que exhibe como un trofeo.
4. El "cuerpo".
Es un tipo de narcisismo muy habitual hoy en día. Su imagen tiene una enorme importancia y su autoestima está unida a dicha imagen. Necesita gustar a todo el mundo y que todo el mundo reconozca su belleza para sentirse una persona valiosa. Obsesión por tener el cuerpo perfecto. Tiende a negar sus problemas y a centrarse en su físico, como si el hecho de lograr la perfección física fuese a solucionar todos sus males.
5. El furioso.
Tiene estallidos de rabia frecuentes debido a su hipersensibilidad ante cualquier ofensa real o imaginada. Tiende a ver malas intenciones en las acciones de los demás. Debajo de esa rabia tiende a ocultar tristeza, vergüenza o desesperación. Incapacidad para controlar sus intensas emociones, incluida la rabia.
6. El estafador.
Es una persona encantadora cuyos motivos son absolutamente egoístas. Pretende utilizar y explotar a los demás utilizando ese encanto personal. Le divierte engañar al amante confiado con infidelidades, fraudes, etc. y disfruta planeándolo. Su autoestima aumenta al verse capaz de hacer ese tipo de cosas. Las normas morales no se las aplica a sí mismo. Eso es para los demás y ellos se consideran por encima.
7. El fantasioso.
Su mundo interior es muy rico y está poblado de fantasías de belleza, admiración, amor, éxito y mundos maravillosos, mientras que considera la realidad un fastidio del que querría escapar. Algunos adolescentes pasan horas aislados jugando al mismo juego de ordenador, con cuyo protagonista, un héroe capaz de todo, se sienten identificados. La soledad impide que el mundo exterior penetre en sus vidas mostrándoles la realidad, y su necesidad de sentirse grandiosos, únicos y especiales (algo que, en cierta medida, es normal en la adolescencia) puede hacer que se identifiquen con el héroe del videojuego y confundan la fantasía con la realidad.
8. El mártir.
Su identidad está construida alrededor del hecho de ser una víctima o un superviviente de algo terrible. Se centra en sí mismo y en su propio dolor, que nunca llega a superar y no tiene tiempo para nadie más. Dentro de ese dolor se siente grande, "nadie sufre como yo", "he tenido que soportar cosas terribles". Es ese mártir al que todos deberían admirar por haber sufrido tanto y seguir vivo. Tiende a exagerar su dolor que, a veces, tiene dimensiones religiosas: el destino divino del sufrimiento exaltado y admirado. En realidad, es una forma de evitar el verdadero dolor y los problemas reales que hay en su vida y en sí mismo. "Mi dolor es tan grande que me impide pensar en otras personas o hacer otras cosas".
9. El salvador.
"Sólo yo puedo ayudarte", "sólo yo puedo cambiar tu vida a mejor". Es probable que tenga un trabajo relacionado con la ayuda a los demás, al que dedica todo su tiempo porque "lo necesitan". Sin embargo, siempre acaba pidiendo algo a cambio, como sexo o dinero. Es frecuente en ciertos líderes religiosos de sectas.
Narcisismo y agresividad
Como hemos visto, muchos narcisistas reaccionan con violencia al ser criticados. Varios psicólogos estadounidenses realizaron un estudio en el que comprobaron que los narcisistas son más agresivos que los demás. Estos investigadores afirman que los tiroteos y asesinatos cometidos por adolescentes es Estados Unidos pueden guardar cierta relación con tendencias narcisistas, que podrían aumentar la violencia en las escuelas.
"Si los chicos empiezan a desarrollar opiniones excesivamente optimistas sobre sí mismos y dichas creencias son constantemente rechazadas por otros, sus sentimientos de amor a sí mismos pueden hacer a estos chicos potencialmente peligrosos".
Cómo tratar al narcisista
Si te ha tocado un narcisista en tu familia y no tienes más remedio que convivir con él o ella, estas pista pueden ayudarte:
1. Distánciate a nivel emocional. Ten en cuenta que su necesidad de sentirse superior puede llevarle a tratar de rebajarte y humillarte. Puede ser insensible contigo, arrogante y pedante. No dejes que te afecte lo que te diga.
2. No intentes cambiarlo. Probablemente sólo conseguirás que se enfade. Te resultará más fácil cambiar tu comportamiento que el suyo. Por ejemplo, deja de sentirte ofendido si tu suegra narcisista nunca se queda con tus hijos una noche para que puedas salir a divertirte. Acepta que no va a hacerlo y busca a otra persona que lo haga por ella.
3. Al narcisista le gusta ser el centro de atención y sentirse importante. Concédele ese privilegio de vez en cuando y escucha las historias que te cuente acerca de sus grandes logros o dile algo que lo elogie. Recuerda que en el fondo se cree una persona sin valor e indigna de ser amada por sí misma. Demuéstrale que esto no es cierto.
4. Es muy probable que al mostrarle tus sentimientos, el narcisista los ignore. Tal vez sea mejor mantener una relación más superficial. Por ejemplo, si te sientes deprimido o enfermo, el narcisista no tendrá ganas de escuchar eso y si intentas hablarlo es probable que te sientas rechazado y herido. Más vale buscarte a otra persona más receptiva y limitarte a decirle al narcisista que no te sientes muy bien últimamente para luego cambiar de tema con rapidez.
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