Crisis de los 40 en los hombres
No solo las mujeres suelen pasar por una crisis al cumplir los cuarenta años, también los hombres a esa edad sufren las consecuencias psicológicas, sobre todo, de tener que traspasar la frontera de esa década que más habla de madurez que de juventud. También para ellos, los hombres, comienza el declive físico con el que el tiempo pasa factura.
El hombre cuando cumple los cuarenta siente la necesidad de sentirse joven, porque se da cuenta de que un abandono a esa edad puede suponer una caída en picado hacia una forma física que transforme el cuerpo de forma inexorable.
Por ello, es normal que sea a esa edad cuando el hombre decida de una vez por todas apuntarse al gimnasio y comenzar una dieta más sana. Psicológicamente, el hombre experimenta que no solo su cuerpo sino también su felicidad y sus ilusiones están en juego y de no retomarlas a tiempo es posible que ya no vuelvan a la existencia de uno. Las responsabilidades de la vida familiar y laboral se hacen más pesadas por el simple hecho de volver la vista atrás y darse cuenta del poco tiempo que se ha dedicado para el ocio y la libertad que se ha desperdiciado en el camino. Problemas con la pareja La pareja ya no se percibe de la misma forma, pues posiblemente han pasado muchos años de matrimonio y es difícil adaptarse a los cambios que se producen entre uno y otro. Mientras uno comienza a tener deseos de libertad y a experimentar por su cuenta o con los amigos, sin necesidad de la compañía habitual de la pareja, siempre hay uno que tiene que acarrear con las tareas y responsabilidades diarias, pero ahora más solo porque será uno el que tenga que ceder ante esas ansias de libertad para seguir manteniendo la familia. Muchas de estas crisis que se producen en el hombre a los cuarenta conduce a la separación de la pareja, ya que éste experimenta unos deseos irrefrenables de libertad y de vivir aquellas situaciones que ha dejado pendientes, inmerso como ha estado hasta ahora en los asuntos que han protagonizado su vida. Entre estos impulsos irrefrenables no solo está el de mantener la juventud sino también el de vivir otros amores, volver a experimentar los amores pasionales de juventud, la sorpresa del enamoramiento con sus facetas más sensuales. El problema que conlleva esta mezcla de objetivos, juventud + amor, es que los hombres a esta edad se suelen enamorar de mujeres bastante más jóvenes que ellos. La juventud perdidaNo se adaptan | |
La juventud perdida |
La consecuencia es que prendados de esta conquista que aumenta la estima y estimula la lívido, se abandona el hogar y lo que hasta entonces había representado los valores y los principios de esa persona se destruyen para dar paso a una vida incierta donde las probabilidades se encuentran más cerca de frustrarse que de llegar a buen término. Estas relaciones con mujeres jóvenes nublan la visión de los hombres hasta que comienzan a percibirse las casi siempre insalvables diferencias que les separan, comenzando por las generacionales que provocan a la larga falta de incomprensión y rechazo. Cuando se quiere volver a atrás es posible que ya sea demasiado tarde, pues la otra persona puede no perdonar a su ex pareja que la haya abandonado por una mujer más joven, situación que puede producir humillación, o simplemente que su ex mujer haya rehecho su vida con otra persona, es decir, que no haya perdido el tiempo en compadecerse. Estas circunstancias, el nuevo amor, la libertad recobrada... hace que los hombres a los cuarenta puedan llegar a sentirse más jóvenes y atractivos, sin embargo, debajo de estas crisis se esconden otras causas. Piensa antes de actuar Personalidades más inseguras, que no han experimentado situaciones realmente satisfactorias en su vida, suelen sufrirla. Por otro lado, también son causa de parejas que se han dejado llevar durante los años por una rutina excesiva y no han sabido crear estímulos gratificantes de ocio y tiempo libre. Antes de tomar cualquier decisión con respecto a nuestra vida cuando se cumplen los cuarenta y se intenta salir de la crisis es conveniente tener en cuenta qué es lo que podemos dejar atrás y qué es lo que podemos perder para siempre. Además, hay que ser conscientes de que la juventud, además de situaciones felices y sorprendentes, también tiene sus aspectos más dolorosos, provocados por la inseguridad y la falta de experiencia.
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