En memoria de Mi
-No, señor -contesto el anciano. -¿Es el sepulcro de su madre?
Y otra vez la respuesta del anciano fue negativa.
-Entonces ¿quién está sepultado allí, si no es nadie de su familia?
El hombre respondió:
-El asunto es muy sagrado para mí y hablo con pocas personas sobre
él, pero viendo que tiene tanto interés en saberlo voy a decírselo. Durante la guerra civil mi gobierno me llamó para alistarme en el ejército pero puesto que tenía una familia grande y todos mis hijos eran pequeños se me permitió buscar un substituto. Al fin lo conseguí, y en la primera batalla mi substituto murió, y en este lugar donde he depositado las flores fue sepultado. Murió por mí, y en su memoria pongo estas flores en un sepulcro cada año.
He aquí cómo los cristianos deben conmemorar la muerte de Cristo en la Cena del Señor.
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