El seto y la puerta
Tuesday, March 17, 2009 at 12:17PM
El seto y la puerta
El doctor J. Hamilton compara la reconciliación con Dios como entrar por la puerta de una avenida hermosa que conduce a una mansión espléndida; pero la avenida es larga, y en algunas partes pasa cerca de peñascos y precipicios. Por lo tanto, para evitar que el viajero caiga hay un seto a lo largo de la avenida, que son los mandamientos de nuestro Dios. Están plantados allí para que nos preserven de caer en el abismo del pecado. Así como el seto de rosales exhala un perfume agradable que regala al viajero que anda cuidadosamente en medio del camino, y sólo hiere, a los que procuran traspasarlo, así son los mandamientos de Dios, acerca de los cuales se dice: "En guardarlos hay grande galardón".
Feliz es el que conoce los preceptos divinos sólo por el perfume que derraman; y que nunca, habiendo dado coces contra el aguijón, ha experimentado en carne viva lo ponzoñoso de sus espinas.
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