PRIORIDADES
PRIORIDADES
Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia. Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó: ¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?.
Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó: ¿Está lleno?. Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó… Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y repitió: ¿Está lleno?. Esta vez los oyentes dudaron: Tal vez no.
¡Bien!. Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava. ¿Está lleno? preguntó de nuevo. ¡No!, exclamaron los asistentes. Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba. Bueno, ¿qué hemos demostrado?, preguntó.
Un alumno respondió: Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas. ¡No!,concluyó el experto: lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después. ¿Cuales son las grandes piedras en tu vida?. Tu Dios, tu mismo, tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada?. Recuerda, ponlas primero. El resto encontrará su lugar.
NO ABANDONES
La Vida es una Tombola
La Vida es una Tombola
Cuando la pareja rehusó, el joven insistió. “No se preocupen por mi, yo voy a estar bien.” Entonces ellos estubieron de acuerdo. Mientras que el pagaba su estadía en la mañana siguiente, el anciano le dijo al joven: “Tu eres el tipo de gerente que debiera ser el jefe del mejor hotel en los Estados Unidos. A lo mejor algun dia construyo uno para ti.” El muchacho los miró, sonrió y los tres se rieron.
Mientras la pareja se distanciaba en el carro, comentaban que verdaderamente este joven era excepcional, pues encontrar personas que ayuden y sean amistosas no es facil. Dos años pasaron. El joven se habia casi olvidado del incidente cuando recivió una carta del anciano. Le recordaba la noche tormentosa y le enviaba un pasaje de ida y regreso a Nueva York para que lo visitara.
Se encontraron y el anciano lo llevo a la esquina de la quinta Avenida y la calle 34. Le mostró un gran edificio, un palacio de piedra rojisa que se estiraba hacia el cielo. “Ese,” dijo el señor, “es el hotel que he construido para que tu manejes.” “Debe estar bromeando,” le dijo el joven. “Le aseguro que no.” le respondio el anciano con una sonrisa.
El hombre mayor se llama William Waldorf Astor, y la estructura magnifica es el Hotel original: Waldorf-Astoria. El joven que se convirtió en el primer gerente del hotel era George C. Boldt. Este joven nunca predijo los eventos que lo llevarian a ser el gerente de uno de los hoteles mas lujosos del mundo. “La vida es mejor medida por las vidas que tocas, que por las cosas que adquieres.” Se un ejemplo cristiano donde quieras que vayas.
La ultima línea
LA TAZA DE MADERA
Un hombre frágil y anciano fue a vivir con su hijo, nuera y nieto de 4 años. Las manos del anciano temblaban, su vista estaba borrosa, y sus pasos débiles. La familia comía junta en la mesa pero el abuelito anciano tenia problemas comiendo pues sus manos temblaban mucho y su vista le fallaba. Los frijoles se le caían al piso, cuando tomaba el vaso, la leche se le regaba en el mantel. El hijo y la nuera se irritaban con esto. Decían: “Tenemos que hacer algo con el abuelito, ya me canse de leche regada, bulla mientras comemos y comida en el piso.”
Así que los esposos pusieron una mesa pequeña en la esquina. Allí se sentó el abuelo solo y su comida era servida en una taza de madera. Cuando la familia miraba en su dirección, algunas veces veían una lágrima en sus ojos mientras comía solo. Aun así, la pareja solo tenia regaños duros cuando se le caía el tenedor. El niño de 4 anos miraba en silencio.
Una noche después de la cena, el papa vio a su hijo jugando con pedazos de madera en el piso. Le pregunto a su hijo dulcemente, “Que estas haciendo?”. Con la misma dulzura contesto el niño: “oh, estoy haciendo una taza para ti y para mama para que coman su comida cuando yo crezca.” El niño se sonrió y continuo trabajando. Las palabras dejaron los padres callados. Ninguno dijo nada, pero las lágrimas rodaron por sus mejillas y los dos sabían lo que tenían que hacer.
Esa noche el esposo tomo la mano de su abuelo gentilmente y lo llevo a la mesa familiar. Por el resto de sus días, el comió todo el tiempo con la familia. Y por alguna razón.. ninguno de los dos esposos le preocupo si el tenedor caía, si la leche se regaba, o si el mantel se ensuciaba.
Los niños son perceptibles normalmente. Sus ojos observan, sus oídos escuchan atentos, y sus mentes procesan los mensajes que absorben. Recuerda el dicho que “los niños son como esponjas.” Ellos absorben todo y cualquier cosa que se les presenta.